El reconocido lanzador mexicano de las décadas de los 40 y 50 del siglo pasado, José Peraza, murió este lunes a los 90 años de edad víctima de complicaciones que lo aquejaban, incluido un cáncer de páncreas, informó su hija.
Peraza abrió el primer partido en la historia de los Leones de su natal Yucatán en la Liga Mexicana de Béisbol (LMB), con una blanqueada de nueve entradas sobre los Tecolotes de Nuevo Laredo para vencerlos 8×0 en el extinto parque Carta Clara de Mérida.
El lanzador nació en Mérida el 10 de agosto de 1929 y desde niño se distinguió por su proclividad hacia el béisbol. Comenzó a destacar en ligas locales y regionales en una época en la que las comunicaciones y oportunidades para ser conocido eran reducidas en esta provincia mexicana.
Jugó en ligas de alto nivel de esa época, como la Peninsular en la que participaron grandes peloteros como lo cubanos Ángel “Cuco” Toledo, José Nakamura, Ultus Alvarez y Juan “Bibi” Crespo.
De 1949 a 1953 jugó en Estados Unidos, en la Liga de Arizona-Texas y en la Liga de la Costa del Golfo y formó parte del equipo, Bravos de Ventura, sucursal de los Bravos de Boston (hoy Bravos de Atlanta).
Su gran momento, luego de no poder ascender a las Ligas Mayores, llegó cuando fue llamado para jugar en la Liga Mexicana de Béisbol (LMB) con los Tecolotes de Nuevo Laredo en 1952.
Un par de años después, fue contratado por el magnate yucateco Humberto Abimerhi, para incorporarse al equipo Yucatán (posteriormente conocido como Leones de Yucatán) que en ese 1954 debutaría en la LMB en el entonces moderno parque Julio Molina, que finalmente sería conocido como Carta Clara.
En el debut del equipo en el máximo circuito de béisbol de México, Peraza, quien fue el primero en subirse al diamante por los Leones y en la LMB en esa plaza para darles a los locales el primer triunfo de su muy extensa historia.
Aquel día, además, bateó tres hits y produjo dos carreras, que habrían sido suficientes para que él solo consumase el éxito inaugural del Yucatán, desde el montículo y en la caja de bateo.
En total, jugó cinco campañas en la Liga Mexicana, con los Tecolotes y Leones, así como con los Diablos Rojos del México, en los años 1952, 1954, 1955, 1956 y 1958, antes de volver a la Liga Peninsular con el equipo Campeche.