Lugar:
Fuente:
Notimex

La cantautora Natalia Lafourcade busca preservar el son jarocho y lo hace a través de “Un canto por México”, espectáculo que, con la participación de varios artistas de fama internacional, se llevó a cabo ante 10 mil personas en el Auditorio Nacional.

La productora musical, diseñadora, filántropa y activista nacida en esta capital, pero criada en Coatepec, Veracruz, cantó durante casi tres horas y tuvo como invitados a Carlos Rivera, Mon Laferte, Pepe Aguilar, Aída Cuevas, Jorge Drexler, Café Tacvba, Ángela Aguilar, Panteón Rococó, Los Cojolites y Los Macorinos.

Bajo la producción de Kiko Campos, el objetivo del concierto fue recaudar fondos, mediante la taquilla, a fin de reconstruir el próximo año el Centro de Documentación del Son Jarocho que fue dañado por los sismos de 2017, ocurridos en Veracruz.

Fue fundado por Ricardo Perry y Los Cojolites hace más de 19 años con el propósito de formar músicos, bailarines, así como capacitar en la industria textil, alfarería, marimba, el arte culinario y otros saberes del pueblo para preservar sus tradiciones.

“Tengo el corazón que se me va a salir del cuerpo. Venimos preparando este concierto con tanto amor y cariño. Era para una causa y ahora se ha convertido hasta en disco doble. Me siento afortunada de tener a los mejores músicos de México”, expresó a modo de bienvenida.

La velada musical abrió con Natalia Lafourcade y el tema “Balajú” acompañada de Los Cojolines. “Serenata huasteca” siguió en el repertorio hasta que continuó el turno de cantar con Carlos Rivera aquella de “Hermosa mexicana”.

Luego de “Veracruz”, la cantante Ángela Aguilar arribó al escenario para interpretar a dueto “La llorona”. Un par de minutos después, se les unió Aída Cuevas, quien resaltó con su porte de charra, su experiencia y sentimiento al momento de interpretar.

“Se le cayó su moñito, me lo voy a quedar”, expresó Lafourcade para junto a Los Macorinos entregar “Alma mía”, “Tú me acostumbraste” y “Soledad y el mar”.

Al lucir un vestido blanco ceñido al cuerpo y botas del mismo color, preguntó al público cómo lo estaba pasando para después resaltar que el concierto es un canto por México y que estaban siendo apoyados por amigos y familiares.

El éxito “Hasta la raíz”, que escribió para no olvidarse de sus raíces, continuó en el programa para después presentar a la banda Panteón Rococó con “Un derecho de nacimiento”, que invitó a los espectadores a levantar y mover de un lado a otro los brazos como si fuera una celebración.

“Soy mitad mexicana y mitad chilena. Mi padre llegó a México en el 73, por lo que es muy fuerte, conmovedor e impactante lo que está sucediendo en Chile y otros lugares de Centroamérica y Sudamérica”.

“Necesitamos despertar, liberar el alma y el espíritu, vivir en paz. Con el derecho tan simple, que es la felicidad abierta de pensamiento, la libertad de espíritu y alma. Esta letra no la hice sola, me ayudó una comunidad de estudiantes”, comentó.

Carlos Rivera regresó al escenario, pero esta vez para cantar juntos “Recuérdame”.

Posteriormente, Pepe Aguilar fue recibido con una larga ovación de parte de los asistentes. Con Natalia emocionó al entonar “Cien años”, un clásico que popularizó Pedro Infante.

Cuando fue la oportunidad de Jorge Drexler, éste le dedicó una décima veracruzana y luego juntos deleitaron con “Para qué sufrir”. Uno de los momentos más aplaudidos trascurrió al lado de la chilena Mon Laferte en “La trenza” y “Amor completo”.

Los últimos invitados de la noche fueron los integrantes de Café Tacvba, quienes emocionaron y pusieron al público de pie a través de “Esa noche” y “Ojalá que llueva café”. En ésta última, el momento lució con la aparición de flores gigantes y mojigangas a modo de festejo.

Un canto por México cerró con Natalia Lafourcade interpretando una de sus canciones favoritas: “Cucurrucucú paloma” con guitarra en mano, “Mi religión”, “Ya no vivo por vivir”, “Nunca es suficiente”, “La bamba” y “Cielito lindo”.