De la propiedad al alquiler
Rubén Aguilar
Los hábitos de consumo están cambiando de manera acelerada en todo el mundo, sobre todo en la población menor de 40 años.
La tendencia generalizada es pasar de comprar, para tener la propiedad, a alquilar los bienes que se necesitan. Las plataformas digitales explican en buena parte esta revolución.
Para los sectores más jóvenes, que muestran cada vez menos apego a la propiedad, es ya una forma de vida. Su conciencia ecológica contribuye a esta manera de acceder al consumo.
El alquiler más común es la vivienda y los carros, pero ahora también oficinas, ropa, joyas, electrodomésticos, muebles, cuadros, flores, albercas, patios, terrazas y herramientas de diverso tipo.
La población en general, pero sobre todo los jóvenes, descubre cada día que hay otras muchas maneras de acceder a los productos y bienes que necesitan sin tener la propiedad de los mismos.
Los expertos señalan que se está en la primera etapa de esta nueva realidad que es irreversible. En todo el mundo un nuevo hecho cultural es que la propiedad se ve como cosa del pasado.
La tendencia es mundial y ya no se va a detener aunque avanza a ritmos distintos en las diversas regiones del planeta. Esta idea, aunque se concentra en los jóvenes, cada vez abarca a sectores de más edad.
En esta nueva cultura influyen diversos factores: pérdida de apego a la propiedad, conciencia ecológica, avances de la tecnología, reducción del tamaño de las viviendas y precariedad en los salarios y el trabajo.
La acumulación de objetos, como lo fue antes, ya no es símbolo de éxito y estatus social. “Las nuevas generaciones no quieren el carro sino la experiencia del viaje”, dice un especialista en el tema.
Esta nueva realidad, que no es una moda pasajera, afecta al mercado del trabajo y a las empresas que no entiendan esta tendencia y busquen pronto adaptarse a ella.
Y también a los gobiernos que deben diseñar nuevos mecanismos para regular el uso de las plataformas y cobrar los impuestos.
Lo que no se puede hacer es ir en contra de la evolución de la tecnología y los mercados. Eso es imposible y todo esfuerzo en esa dirección está destinado al fracaso.
Ida Auken, política danesa, en un discurso en el Foro Económico Mundial (2017) dijo: “Bienvenidos al 2030. No tengo nada. No tengo auto. Nos soy dueño de una casa. No tengo electrodomésticos y ropa”.
La realidad de esta nueva cultura lo veo en mis dos hijas y mi hijo que son Millennials. A quien esté interesado en el tema le recomiendo “De una economía de compra a otra de alquiler”, de Alejandra López Letón (Domingo, El País, 06.10.19).