“¡PERO NO SIN LENTES!”
Por Ramón Durón Ruíz (†)
Las sociedades modernas nos han transformado en adictos al placer por el poder económico y/o político, a los artículos de moda o a los carros de lujo, se han olvidado de publicitar que el secreto de la existencia radica en disfrutar el milagro de la vida.Los científicos llaman “Anhedonia a la pérdida del placer en las cosas naturales de la vida.” El viejo Filósofo lo ve como el “Síndrome de la infelicidad” que no es otra cosa que extraviar el camino del júbilo por el milagro del nuevo amanecer, perder la ruta de la alegría, malgastar la deleitación por gozar la fiesta de la vida.
Para ello es importante aprender a dar, porque es más hermoso dar que recibir, porque si Dios te dio dos manos, una es para que aprendas a dar con amor y la otra es para que coseches los que has sembrado.
La divisa del viejo Filósofo es muy sencilla: “disfrutar dando todo el tiempo, en todo lugar… a toda la gente.”
El tiempo me ha enseñado que vivir para dar es maravilloso; llegamos a este mundo desnudos y al volver la vista atrás es mucho lo que tenemos, a veces más de lo que necesitamos, por ello es importante saber dar con amor, cuando menos lo esperas, la vida te sorprende con los milagros que te devuelve.
En esta vida, todo, absolutamente todo obra para tu bien, así que aprende que dar no significa sólo que te desprendas de dinero o de cosas materiales. Hoy puedes dar una bendición, un saludo, un elogio, verás como con el poder de tu amor, eres capaz de cambiar el rumbo de la vida de mucha gente.
Hoy te doy las diez reglas del Filósofo pa’ hacer felices a los niños y hacerlos crecer, disfrutando el milagro de la vida:
1.- Recuérdales que nunca estarán solos, Dios siempre estará ahí “unas veces delante de ellos protegiéndolos, otras atrás cuidándolos, unas más a un lado alentándolos y a veces debajo… cargándoles”
2.- Enséñalos a que no pongan límites a sus sueños.
3.- No les hagas fácil su juventud… porque se las complicaras para siempre. Que vean en cada dificultad una oportunidad para crecer, que enfrenten los problemas como el Padre Bruno: de uno en uno.
4.- Dales la lección de que deben ordenar su cuarto, su espacio vital, porque mientras el desorden rompe su sincronía con el universo, el orden trae aparejada armonía, bienestar y prosperidad para ellos.
5.- Mételes en la cabeza la importancia de aprender a ser hombres de bien a través del trabajo; pero que sobre este, está el bienestar y la unidad de la familia. En el trabajo pueden ser sustituidos, pero en el hogar son únicos, porque éxito que no llega a la casa… es una fantasía.
6.- Ayúdales a entender que todos tenemos miedos, enséñalos a que los enfrenten, porque al hacerlo disminuyen… es la mejor manera de crecer.
7.- Has de ellos hombres de bien, fórmalos con carácter… ahí está su destino.
8.- Enséñalos a disfrutar cada minuto de su vida llenándolos de entusiasmo, alegría y felicidad.
9.- Hagan lo que hagan, que su tarea sea espectacular, que no olviden que el hombre hace grande al puesto.
10.- La existencia es un autorretrato que hay que firmar con una sonrisa, que es tan sacrosanta como la vida misma.
Apropósito el Filósofo, –que mira la vida a través de la óptica del buen humor– dice:
“Para llegar a viejo…
¡LO MEJOR ES VIVIR MÁS TIEMPO!”
“Ta’ cabrón llegar a viejo…
¡PERO TA´MÁS CABRÓN NO LLEGAR”
“El viejo Filósofo ha llegado a la edad en la que puede vivir sin sexo…
¡PERO NO SIN LENTES!”