EL COLUMPIO

Alberto Calderón P.

En la mayoría de los parques infantiles urbanos nos encontramos con la resbaladilla, el sube y baja que yo conocí en mi infancia como “titiri baco” y el columpio,  del nos encargaremos hoy, su historia es sorprendente desde la cercanía con los dioses hasta una entretenida diversión para todas las edades.

Nos trasladaremos hasta el año 371 antes de cristo cuando el médico griego Hipócrates les recomendaba a las mujeres para conservar su figura y como un antídoto contra la melancolía, su invención se le atribuye a Baco, algo no comprobado, en esa época le encontraron un significado religioso, unos veían el impulso hacia arriba en busca de lo divino, otros como la representación de la fecundidad. En Atenas se realizaba cada año la fiesta del columpio. Los romanos lo llamaron “osilluma”, otros pueblos primitivos lo definían como “una matriz que vuela”. El columpio es universal en la mayoría de los países asiáticos, en Europa, en muchas varias partes de los continentes aparece como algo más mágico que lúdico.

Cervantes el autor del histórico Quijote, menciona que en las fiestas de la vendimia de Andalucía las mujeres se sentaban en el mecedor y mientras eran balanceadas realizaban cantos y tocaban el pandero ellos lo llamaban “mejelendero”, en Rusia las mujeres se balanceaban cerca de las cosechas, se creía que esto ayudaría a su crecimiento, en la India se tenía la idea que tan alto como subiera la doncella en el columpio, sería lo alto que crecería el arroz, igual otras culturas en Europa con la siembra del trigo, es extraño y casi homogéneo que las culturas antiguas y medias pensaban que el columpiarse ayudaría al crecimiento y buen desarrollo de las siembras. En su libro “Descripción general de África” escrito en el siglo XVI por Luis del Mármol historiador de Granada menciona la práctica común de balancearse en los columpios que pendían de las gruesas ramas de los árboles en Marruecos, igual lo destaca José de la Costa en su “Historia natural y moral de las Indias” donde menciona que nuestros antepasados prehispánicos se entretenían con ese instrumento, en Bolivia el movimiento hacia arriba serviría para llevar almas a la eternidad.

La evolución de la palabra tuvo su origen en el griego con la palabra “Kolumban” que significa zambullirse,  o en el latín “ ocillum”, lo que si sabemos con un poco de certeza es que del leonés la palabra “columbiar”, en el siglo XIV pasó al castellano como columpio, así es como llega a nuestro país. En el museo de Antropología de la Ciudad de Xalapa, como parte de su colección se encuentra la escultura en barro de dos infantes en la vida cotidiana del centro de Veracruz felizmente columpiándose y sostenidos cada uno de un lado de la cuerda.

Seguirle la pista a una forma de diversión ancestral como lo es el columpio, tiene su recompensa ya que la información a lo largo de la historia recrea nuestro pasado, ha servido de inspiración de pintores, poetas, una parte de los recuerdos del romance, nuestros padres u otros familiares empujando para subir y regresar en un balanceo que disfrutamos cuando pequeños, y que muchos de los niños lo siguen haciendo en los parques infantiles, ojalá esa sana diversión perdure por mucho tiempo.

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Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores Independientes. (REVECO)