Buen día apreciado lector:
Hay que comentarlo, el Poder Judicial del estado de Veracruz es muy importante; es de gran trascendencia para los mexicanos, para los veracruzanos. Definitivamente, no es un negocio.
El nuevo gobierno del estado llegó con la encomienda popular de acabar con las viejas prácticas del enriquecimiento ilícito de los gobernantes, de la corrupción y afortunadamente Don Cuitláhuac García Jiménez lo está intentando.
Antes se decía que los jueces o magistrados que robaban, no robaban, simplemente abrían el cajoncito del escritorio y ahí le echaban la lana corruptora.
En general la historia de los presidentes del Poder Judicial de Veracruz ha sido una historia de gente positiva, de gente capaz, de gente honesta, de personajes ilustres que honran a sus familias.
Pero como al panal de rica miel del que hablaban nuestros ancestros, llegaron algunos deshonestos, esos que quedarán marcados para siempre; hagan lo que hagan, la historia ya los registró, ya los tiene enmarcados en cuadros de relumbrón de esos que no se borran nunca para la deshonra y la vergüenza eterna de ellos y, tristemente, su familia que injustamente es involucrada. Afortunadamente son muy pocos y bien identificados.
Esta semana inicia una nueva era en el Poder Judicial del Estado de Veracruz.
Este Poder ha sido agraviado, pasó por una muy mala etapa; requiere recuperar honor, sapiencia, capacidad, conocimiento, dignidad, legitimidad.
Rescatar su honra será de responsabilidad compartida con el nuevo gobernador. Lo sabe el titular del Ejecutivo que llegó del pueblo, sabe que su gobierno, que su nombre quedará marcado para bien o para mal, para siempre, en la historia del estado de Veracruz.
Ahí tiene la mejor oportunidad, junto con quien tendrá esa enorme responsabilidad, ella, él, será una formidable labor, ¡échele ganas gobernador! ¡Venga la nueva labor, por el honor y el respeto¡