- Por su trabajo recepcional, Djaheli Lizette Luna Acosta obtuvo el Premio “Arte, Ciencia, Luz”.
- Comenzó realizando su servicio social en el Inecol y ahora busca hacer la Maestría en Ciencias Agropecuarias en la UV.
David Sandoval Rodríguez.
.- Djaheli Lizette Luna Acosta, egresada de la Facultad de Biología en 2018 con la tesis “Búsqueda de biomarcadores químicos en extractos crudos de especies arbóreas selectas del bosque de niebla potencialmente asociados a actividad antifúngica”, ganó el Premio “Arte, Ciencia, Luz” al mejor trabajo recepcional 2019 en la categoría de licenciatura del Área Académica de Ciencias Biológico-Agropecuarias que entrega la Universidad Veracruzana (UV).
Su proyecto inició cuando comenzó su servicio social en el Instituto de Ecología, A.C. (Inecol), en el área de productos naturales con el investigador José Antonio Guerrero Analco, quien se convirtió en su director de tesis.
La investigación realizada se sitúa dentro de una problemática mundial con grandes repercusiones, porque está atacando algunos cultivos como el aguacate y el lichi, el mango, entre otros.
Varias especies de árboles son atacados por dos escarabajos que tienen una relación simbiótica con dos especies de hongos que dañan a diversos árboles.
Los hongos son Fusarium euwallaceae y Raffaelea lauricola que viven cada uno dentro de un escarabajo específico, Euwallacea nr. fornicatus y Xyleborus glabratus, respectivamente.
Son los escarabajos vectores que propagan los hongos y la propuesta de la joven es utilizar los propios métodos de defensa de los árboles para atacar a los hongos y evitar con ello la muerte de los árboles.
“Cuando los árboles se infectan comienzan a tener exudados y esto es porque el escarabajo escarba, entra y forma pequeñas galerías al interior del tronco, similar a la polilla; no hay síntomas específicos, pero se ha detectado una proliferación de puntos blancos alrededor de los agujeros, señalando así la presencia de los hongos”, explicó.
“Los árboles comienzan a morir porque en el momento que detectan estos hongos, ellos mismos causan su muerte para evitar la propagación”, agregó.
“Lo que nosotros buscamos son los metabolitos que impidan este paso del hongo porque comienza a tomar los nutrientes de los árboles.”
Su labor consistió en la elaboración de un modelo para evitar que el hongo se propague porque, aunque no se ha convertido en un grave problema en México, ya se registraron los primeros casos en la región de Tijuana, mientras que en Estados Unidos es un serio problema.
“Mi trabajo está relacionado con lograr eliminar la plaga y que no llegue a México porque causaría muchos daños tanto en el ámbito ecológico como en lo económico”, dijo.
La investigación y elaboración de tesis le llevó casi un año y medio desde que el académico del Inecol le sugirió realizarla.
“Digamos que se busca que los árboles desarrollen sus propias formas de defensa a través de productos naturales o metabolitos secundarios, para que inhiban el crecimiento de ese hongo el cual les provoca la muerte.”
A pesar de que trabajó dentro de un área que no conocía bien, el área metabolómica, que estudia los procesos químicos que involucran metabolitos, aseveró: “Aunque me costó trabajo logré aprenderla y sacarla adelante porque me gusta ver los resultados en laboratorio, el trabajo manual y tener que estar pensando en las cosas; el simple hecho de observar una bacteria, cómo crece un hongo y después analizarlo y conocer más, es la parte más bonita de todo”.
Respecto al galardón, recordó que en febrero de 2018 presentó su examen de grado y lo aprobó; fue hasta el presente año, cuando salió la convocatoria del premio, que su padre le sugirió que enviara su tesis a competir.
El día que se enteró de que era ganadora del premio recordó que no paraba de gritar y reír porque estaba muy emocionada. “Sabía que podía ganar o no, entonces el día de los resultados lo pasé súper nerviosa y en el momento en que decidí que ya no iba a revisar, me enteré por la mamá de mi novio”.
En tal sentido, agradeció a su asesor Juan Luis Monribot Villanueva, uno de sus mentores en el Inecol, y al profesor José Armando García Lozada, quien en la Facultad la impulsó a realizar investigación.
“La verdad estoy muy orgullosa del trabajo, es algo que me costó mucho –más de un año– y al observar en retrospectiva me sentí satisfecha de lo que había hecho”, manifestó.
Al día de hoy, Luna Acosta tiene interés en cursar la Maestría en Ciencias Agropecuarias en la UV y también está tomando cursos en la Universidad Autónoma Juárez de Tabasco (UAJT) para trabajar microbiología en el cacao.