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Mario Abner/Reforma

 El pasado agosto, Dwayne «The Rock» Johnson cumplió con la asignatura pendiente que, a ojos profanos, le podía faltar a su exitosa vida: se casó con Lauren Hashian, cantante y compositora con quien llevaba una relación de 12 años.

Un cierre más que épico para una década en la cual el también luchador profesional se comió el mundo y se convirtió en la máxima estrella hollywoodense, con una filmografía generadora de casi 10 mil millones de dólares en escala global.Su reinado lo corroboran también números uno en las listas de Forbes de Actores Mejor Pagados de 2016 (64.5 millones de dólares) y 2019 (89.4 millones), donde dejó atrás a celebridades como Robert Downey Jr., Chris Hemsworth y Tom Cruise.

Y salvo, quizás, Vin Diesel, con quien tuvo ciertos roces tras su incorporación a la franquicia Rápido y Furioso, no hay quien hable mal de él: tiene un ángel de mucho músculo.

«Dwayne es una presencia fílmica muy singular. No existe nadie como él. Y, en cierta manera, no ha habido tampoco nadie como él. Es un héroe de acción de cierta tradición, pero además hace sus propias reglas.

«Ha podido llenar ese hueco del hombre de acción, pero con una increíble dosis de humor y calidez, carisma, magnetismo. Sólo hay un Dwayne Johnson. Es definitivo», comenta el director Jake Kasdan.

Su transición del ring a los sets de filmaciones la han imitado otros astros, como John Cena y Batista, aunque con mucho menor trascendencia.

«Tiene un carisma increíble y natural. Lo pone muy aparte del resto de actores. Del mundo de la lucha libre profesional han salido varias figuras interesantes y divertidas, pero él golpea de manera distinta», resume Jack Black.

Desde que cambió los encordados por el histrionismo, el californiano, de 47 años, se ha mantenido enfocado en un tipo de películas explosivas, llenas de acción y comedia, aptas para toda la familia y que quizás no le significarán premios de prestigio.

Sin embargo, sí le han hecho ganar el respeto de sus colegas como un actor verdadero, no sólo como un fortachón de 1.96 metros de altura.

«La gente no habla lo suficiente de sus habilidades histriónicas. Este tipo es muy bueno.

Legítimamente, una estrella de la comedia. Quizás por ser tan grande la gente se fija en otras cosas, pero es un gran intérprete», opina Karen Gillan.

«Amo a DJ, es el tipo más dulce que puedes conocer en este negocio. Un profesional: lo que dice, lo hace. Es el trabajador más esforzado que hay. Su ética laboral y profesionalismo lo sitúan en un nivel aparte», completa Awkwafina.