La Ciudad de México comenzó este 2020 con una nueva regla: la prohibición de plásticos de un solo uso. Para este año que apenas inicia, la medida indica que se prohíbe la comercialización, distribución y entrega de bolsas de plástico al consumidor. Sin embargo, el próximo ‘blanco’ son productos hechos de unicel, como platos y vasos.
El unicel (poliestireno expandido) es un plástico al que se le introduce aire formando burbujas, proceso conocido como espumado, explica la Asociación Nacional de la Industria Química (ANIQ). Una de sus ventajas, argumenta el organismo, es que es ligero y facilita el transporte de alimentos y bebidas, además de que repele el agua.
Debido a esto último, indica la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), el unicel no se pudre, enmohece ni se descompone.
Sin embargo, la Profeco recomienda disminuir y evitar su uso debido al impacto que produce en el medio ambiente, pues el unicel tarda entre 500 y 800 años en degradarse, según un documento del Senado.
De acuerdo con un documento de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), una bolsa de plástico tarda en degradarse entre 15 y mil años; una colilla de cigarro, entre uno a 12 años; y una botella de vidrio hasta un millón de años.
Además, la Profeco advierte sobre un posible efecto tóxico que se genera al calentar alimentos en empaques de este material en hornos de microondas.
Por otro lado, el Centro de Investigación y Docencias Económicas (CIDE) destaca que los productos hechos de unicel tienen una vida útil corta y su utilización aumenta el problema de contaminación a nivel mundial, pues no es biodegradable.
La ANIQ, junto con la Asociación Nacional de Industrias del Plástico (ANIPAC), estima que el consumo nacional de unicel en el país es de 125 mil toneladas anuales.
De estas, el 25 por ciento corresponde a productos desechables para la industria alimenticia y el restante se usa en el sector de la construcción y el embalaje, de acuerdo con Fundación UNAM.
¿Dónde se recicla unicel?
En México, Dart se dedica al reciclaje del unicel. La planta se encuentra en Atlacomulco de Fabela, Estado de México, así como Rennueva, ubicada en Mimosas 63, colonia Santa María Insurgentes, en la Ciudad de México.