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La Jornada

El acaparamiento de maíz presiona el alza el precio de la tortilla, alertó la Alianza Campesina del Noroeste (Alcano). De acuerdo a la agrupación la tortilla está experimentando un incremento de entre 10 y 15 por ciento, por lo que en algunas tortillerías el kilo se vende hasta en 16 pesos, señaló el secretario general de la Alcano, Raúl Pérez Bedolla.

Sostuvo que se ha desarrollado un “mercado negro, acaparamiento, ocultamiento y venta de maíz por arriba del precio de garantía lo que propicia un alza hormiga del precio en el kilogramo de la tortilla de entre 10 y 15 por ciento”.

Derivado de ello, en tortillerías de la Ciudad de México el precio del kilogramo que se ofrece a los consumidores es desde 14 hasta 16 pesos, mientras que en la frontera norte del país se ubica hasta en 18 pesos el kilo de este alimento básico.

Obviamente en centros comerciales se puede adquirir tortilla a menor precio, sin embargo el producto es elaborado con maíz amarillo que es el utilizado para alimento de ganado.

“El acaparamiento de maíz y alza en el precio del alimento (tortilla) solo favorece un mercado negro del maíz y, por otro lado, ya prevé el gobierno federal compras en el exterior de este grano desde Sudamérica y Estados Unidos”.

Igualmente, denunció que existen indicios de que los acaparadores esconden el maíz para venderlo a países sudamericanos como Venezuela, Bolivia y otras naciones de Centroamérica que requieren este grano.

Pérez Bedolla, aseguró que la presión en el valor de la canasta básica seguirá al alza tal como sucede con la tortilla así como la especulación, ocultamiento y acaparamiento de maíz que ocurre en Sinaloa, por lo que en febrero se prevé escasez de maíz correspondiente a la cosecha 2019.

Mencionó que de acuerdo a estimaciones del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas la producción de maíz en 2020 se prevé que registre una disminución del cinco por ciento respecto el año pasado y la producción que llegue a 26.4 millones de toneladas como consecuencia de una menor superficie sembrada principalmente en Sinaloa por escasez de agua.

Además para 2020, resultado de mayor demanda por parte del sector avícola y por menor producción nacional, se proyecta que las importaciones lleguen a casi 18 millones de toneladas de maíz.

Igualmente para este año en cuanto a trigo se proyecta un descenso en la producción de nueve por ciento por contracción en superficie y menores rendimientos en Sonora por problemas de suministro de agua. Para 2020 las importaciones se proyectan en 5.4 millones de toneladas ante la disminución de la oferta nacional.

Recordó que “el cierre de 2019 fue grave, con resultados negativos y con un T-MEC firmado por el gobierno de México sin impacto positivo en el campo pues se eliminaron los apoyos al productor y éste se quedó solo para mantener el abasto de alimentos y enfrentar la competencia desleal que representan los agricultores estadounidenses”.

Esta situación genera malas noticias e incertidumbre entre los productores pues estos no van a invertir en un trabajo que durará seis meses por nulas utilidades y más cuando ni siquiera existen seguros catastróficos debido a que “el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador le dio la espalda al campo”.

Entonces lo qué hay es un campo “sin margen de ganancia y con tierra rentada”. Sin embargo, ante este panorama los agricultores que rentaron ya regresaron a sus propietarios las parcelas pues no quieren arriesgar en siembras que no les dejarán utilidades.

“Con este panorama, 2020 será un año de baja producción de granos básicos así como una severa reducción de hectáreas sembradas de maíz, fríjol y soya y arroz.

Así que no debe sorprender el incremento hormiga de un 10 a un 15 por ciento en el precio del kilogramo de tortilla ya que estos aumentos llegaron para quedarse y más con escasez de granos”.