«Le quedan pocos amigos en México. Muchos colaboradores ni se acuerdan de él y disimulan los mensajes cuando les ha enviado alguna señal o pregunta sobre determinados datos. Se siente cercado, y hasta perseguido. Me cuenta uno de sus interlocutores: seguirá de viajero algún tiempo con el mayor sigilo posible, cuatro escoltas del EMP y con información de México a distancia. Con España como referencia». Lo escribe José Ureña en «24 Horas».