Trump y su guía espiritual
Rubén Aguilar
El presidente López Obrador hace oración en Palacio Nacional con su amigo el pastor Arturo Farela y el presidente Trump con su amiga la pastora Paula White (53).
Trump y White se conocen desde el 2002. Él veía los programas de la pastora en la televisión y así entró en contacto con ella, para ahora ser su guía espiritual.
White, casada en tres ocasiones y una conversa al evangelismo, es un sólido puente de Trump con los sectores más conservadores del evangelismo en Estados Unidos.
Ella desde que Trump llegó a la Casa Blanca ha estado cerca de él, pero en esta campaña electoral lo está todavía más, y juega un papel importante en el propósito de la reelección.
White es seguidora, como otros muchos pastores muy exitosos en el campo empresarial, de la teología de la prosperidad. Ésta relaciona el bienestar económico con la voluntad de Dios.
Se es rico, muy rico, porque Dios lo quiere. La riqueza es una expresión de su amor personal y único. Los fieles de estos pastores esperan también ser tan ricos como ellos. Ése es el propósito de acercarse a Dios.
En noviembre pasado, White fue nombrada consejera de la Iniciativa Fe y Oportunidad que es el portavoz de los grupos religiosos en los programas gubernamentales relacionados, entre otros temas, con la lucha contra la pobreza y a favor de la libertad religiosa.
La telepastora, que vive en una lujosa y enorme mansión, dijo en un evento el pasado junio, celebrado en Florida, “que cada red demoniaca que se haya alineado contra el llamado de Trump sea derribada en nombre de Jesucristo”.
Y añadió: “Declaro que el presidente Trump superará todas las estrategias del infierno y todas las estrategias del enemigo”. El apoyo de White a la campaña electoral es total y sin tapujos.
El pasado octubre la pastora publicó sus memorias, Something Greater, donde narra la “visita divina” que en 1986 le hizo Jesús. En esa visión se veía predicando en todos los continentes.
A partir de entonces decidió dedicarse de tiempo completo a promover la religión evangélica en una de sus versiones más conservadoras.
En estos 33 años ha creado un imperio religioso y comercial con programas de televisión, radio, libros, publicaciones y giras constantes por Estados Unidos.
A partir del 2014 es la pastora principal de una iglesia evangélica en Florida, estado en el que vive. El pasado mayo, en el sermón dominical dijo que Jesús se le había aparecido otra vez.
En esta ocasión para señalarle que no había de “perder momento” para hacer cosas más grandes. Su nuevo proyecto es fundar una universidad y abrir 3,000 nuevas iglesias.
Pero su nueva misión está detenida, porque ahora su prioridad es la campaña por la reelección de su amigo Trump. (Con información de Antonio Laborde, El País, 04/11/19).
El Economista.