De los Ángeles a los Demonios

Coronavirus

Dra. Denisse de los Angeles Uribe Obregón
Magistrada del H.Tribunal Superior de Justicia

A principios de este año, invadió los titulares de la prensa internacional, la noticia de un nuevo y mortal virus, identificado por primera vez en Wuhan, capital de la provincia de Hubei China, a finales de 2019.
Los primeros estudios, arrojaron que se trataba de un coronavirus, similar al que originó el síndrome respiratorio agudo grave que se propagó en el país asiático durante los años 2002 y 2003, causando ochocientas muertes en el mundo, situación que alarmó a la comunidad internacional, por la terrible probabilidad de encontrarnos frente a una nueva pandemia.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, los coronavirus son una extensa familia de virus, algunos de los cuales pueden causar diversas enfermedades humanas, que van desde el resfriado común hasta el síndrome respiratorio agudo severo.
De acuerdo con cifras de la Comisión Nacional de Sanidad China, desde que la cepa 2019-nCoV fue identificada, ha ocasionado cincuenta y seis muertes y se han detectado mil novecientos setenta y cinco contagios. Aunque en menor medida, naciones como Estados Unidos, Francia y Australia también han reportado casos de coronavirus.
El diagnóstico de esta afección no es sencillo, puede ser confundida con una gripe común, pues los primeros síntomas de alerta son: fiebre, tos, fatiga, dolor de cabeza y malestares respiratorios en general, sin embargo, cuando estos padecimientos se complican, llegan a provocar neumonía, insuficiencia renal e incluso la muerte.
Síntomas similares a los ocasionados por la influenza virus A, subtipo H1N1, identificada por primera vez en marzo de 2009 en Estados Unidos, y detectada en abril de ese mismo año, en nuestro país.
El primer caso de este tipo de influenza en México, fue el de un menor originario de la localidad La Gloria, municipio de Perote, Veracruz, comunidad en donde se presentaron al menos cuatrocientos cincuenta casos relacionados con infecciones respiratorias, por lo que, fue considerada uno de los principales focos rojos del país.
Debido a la rápida propagación del virus, el gobierno mexicano tomó medidas como suspensión de clases, cancelación de actividades en sitios públicos, difusión de información y campañas de vacunación en todo el territorio nacional,
Fueron tiempos difíciles para nuestro país y para nuestra entidad; la influenza ocasionó un severo problema de salud pública, además de pánico en la población debido a la letalidad del virus, declarado alerta pandémica nivel seis por la Organización Mundial de la Salud.
De acuerdo con datos de la OMS en 2009 se registraron dieciocho mil trescientos treinta y siete decesos alrededor del mundo; mientras que en nuestro país la Secretaría de Salud reportaba en febrero de 2010, setenta y dos mil doscientos treinta y tres casos detectados y mil treinta y dos defunciones, cifras que alarmaron a todos los mexicanos,
Después de meses de incertidumbre y alerta, el 10 de agosto de 2010 la Organización Mundial de la Salud, declaró la salida de la fase pandémica del AH1N1, declarando el periodo postpandémico, indicando que la trayectoria del virus se había agotado, aunque no desaparecido.
A diferencia del AH1N1, el Comité de Emergencia de la OMS, integrado por expertos de todas las regiones del mundo, ha decidido no declarar emergencia internacional por coronavirus, argumentando que solo puede considerarse emergencia en China, no así en el resto del mundo, por lo que no se han impuesto restricciones en los viajes, sin embargo, se ha recomendado llevar a cabo medidas de control en los aeropuertos.
Por su parte, la Universidad Nacional Autónoma de México ha emitido una serie de recomendaciones preventivas, estas medidas consisten en: no saludar de beso o mano, lavar las manos frecuentemente, cubrirse la boca al estornudar, prescindir de acudir a lugares muy concurridos y evitar contacto físico con personas que padezcan alguna enfermedad respiratoria.
Afortunadamente hasta el momento en nuestro país no ha sido confirmado ningún caso de coronavirus, pero debemos mantenernos alerta ante los posibles signos y síntomas, para evitar su propagación y situaciones tan difíciles como las que enfrentamos hace una década con la influenza.