La depresión y las conductas sociales
La medicina escasa, la más insuficiente, es la de remediar la mente
Silvio Rodríguez

Los últimos dos años por diversas situaciones me he dado a la tarea de estudiar el comportamiento social, más allá de mi fascinación por las ciencias sociales, considero que nos hallamos en un momento que viene a romper el arquetipo de los últimos X Siglos, me refiero a que el Internet y la vorágine de consumo representada a través de imágenes intensifica patrones emocionales.
Ello, ha revestido una serie de particularidades que aglutinan una nueva tendencia y forma de tratar los temas, llegan a tal grado que Psicólogos como el Dr. Daniel Kahneman hayan obtenido distinciones top, como es el Premio Nobel de Economía por sus aportaciones a la reciente Psicología Económica.
Lo anterior ha sellado una nueva historia fáctica, que busca explicar el clima ascendente de masas que viven bajo el agobio, irritadas, solas, agresivas y a la defensiva como consecuencia de la exclusión de consumo o por falta de acceso a satisfactores gregarios causantes de depresión.
Como muestra de ese entorno, son la cifras de la Organización Mundial de la Salud(OMS), las cuales destacan que la depresión constituye un problema importante de salud pública, más de 4% de la población mundial vive con depresión y los más propensos a padecerla son las mujeres, los jóvenes y los ancianos.
El informe, menciona que en el mundo, este trastorno representa la cuarta causa de discapacidad en cuanto a la pérdida de años de vida saludables.
En México, ocupa el primer lugar de discapacidad para las mujeres y el noveno para los hombres. Además se estima que 9.2% de la población ha sufrido depresión, que una de cada cinco personas sufrirá depresión antes de los 75 años y que los jóvenes presentan tasas mayores.
Típicamente, la OMS menciona que la depresión se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración. Este trastorno puede llegar a hacerse crónico o recurrente y en su forma más grave, puede conducir al suicidio.
Dicha situación a prendido las luces de alerta a nivel mundial, por lo cual, el 13 de enero se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, a fin de reflexionar y tomar cartas en el asunto respecto a dichos acontecimientos.
Atendiendo ese síntoma, para el caso de México, El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) documentó que 34.85 millones de personas se han sentido deprimidas; de las cuales 14.48 millones eran hombres y 20.37 millones eran mujeres. También, destaca el hecho que del total de personas que se han sentido deprimidas, únicamente 1.63 millones toman antidepresivos, mientras que 33.19 millones no lo hace.
De igual forma, con información de La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) más reciente, se estimó la prevalencia de síntomas depresivos clínicamente significativos, es decir, el conjunto de síntomas que podrían indicar un estado de depresión.
Se encontró que 16.5% de los adultos de 20 años o más presentaron síntomas depresivos. Sobresale el hecho de que la prevalencia de estos síntomas, en todos los grupos de edad, fue mayor en mujeres que en hombres, principalmente en los grupos de edad de 40 a 49 y de 50 a 59 años.
De esa forma, podemos observar que por el tamaño y relevancia del fenómeno, y al ser la Salud un Derecho Humano, el Estado no se debe sustraer de su responsabilidad de generar espacios públicos adecuados para dirimir los efectos, y generar un esquema de inclusión social para tratar dicha discapacidad social, mismas que desde el punto de vista económico limitan las fortalezas productivas de quienes padecen, y desde el punto de vista humano acortar el sufrimiento.
Por ello, es que durante los últimos años los libros de autoayuda han crecido de forma exponencial, lo cual evidencia que un sector amplio de la población busca sanar un tipo de dolor, de hecho estas obras son las mas vendidas en México. Ahí está el diagnóstico: ¿Qué políticas públicas estamos elaborando para controlarlo?