La honestidad y otros… ¿horrores?
Últimas famosas palabras:
Juan María Nárvaez. Militar español, muerto en 1868. Cuando su confesor lo instó a perdonar a sus enemigos para morir cristianamente, le dijo: No tengo enemigos que perdonar porque los maté a todos.” (nexos.com, 01-12-19).
¿Va de nuez? ¿O mucho ruido y pocas nueces, Shakespeare? Bueno, “tómalo por el lado amable”, Chespirito. No nos enojemos, porque todos los movimientos están fríamente calculados, que no panda el cúnico, porque es sin querer queriendo… El caso es que de nueva cuenta, el día 29 de enero del 2020, el Orfis entregó a la LXV Legislatura local “la nueva valoración a la Cuenta Pública 2018”, que “tuvo su origen en la determinación de este Honorable Congreso de no aprobarla, al considerar que no existían elementos suficientes que dieran certeza, teniendo como consecuencia que se rechazaran los Informes Individuales y el Informe General Ejecutivo que se habían presentado el 25 de septiembre de 2019”. De acuerdo, la memoria no nos falla, aún.
Apuntó la titular del Orfis, Delia González Cobos: “Esto significó un hecho inédito al presentarse por primera vez un acontecimiento de esta naturaleza en nuestro Estado, lo que implicó una planeación inmediata y eficiente para llevar a cabo la ejecución de los trabajos encomendados”.
Bien, porque no hay mayor certeza que la que no se tiene. Es de esperarse, entonces, la actuación de los diputados locales –no lo dudo- siguiendo a Bertrand Russell: “No creas conveniente actuar ocultando pruebas, pues las pruebas terminan por salir a la luz”.
Y lo que los mexicanos queremos, de ya y por siempre –aunque “siempre” es una palabra que nunca debes decir-, es precisamente transparencia, legalidad, imparcialidad, confiabilidad y, desde luego, honestidad. Palabras que, de tan usadas, sufren de oquedad. Démosle, de nueva cuenta, significado. ¿A quién le corresponde? A todos, de arriba pa’ abajo y al revés; de lado, de costado, horizontal vertical, transversal y lo que le agreguen. No nos aprovechemos de la nobleza de nuestros prójimos y próximos. Porque “lo único que se pierde es la barriga, señor esperanza”.
Va un chiste:
-Estoy leyendo un libro que se llama “La honestidad y otros valores”.
-Qué bueno, ¿dónde lo compraste?
– Lo robé en la librería de aquí al lado.”
No, pos sí. De números sé muy poco, sólo cuando es quincena y casi me muero al tratar de “ajusticiar” mis deudas. Pero me quedo con el cuento breve de Jairo Aníbal Niño: “Ayer por primera vez supe lo que era la aritmética cuando, sin que nadie se diera cuenta, me besaste en los labios. Ayer por primera vez supe que 1 más 1 son 1.”
Los días y los temas
Bien por el diputado Raymundo Andrade Rivera por su iniciativa que presentó al Pleno Legislativo el año pasado, y que hace unos días fue aprobada por el Congreso Estatal. Se trata de la reforma el artículo 46 de la Ley Orgánica del Municipio Libre, para dotar a la Comisión de Educación, Recreación, Cultura, Actos Cívicos y Fomento Deportivo la atribución de impulsar y promover la cultura regional y el turismo cultural, traducido esto, a mayores oportunidades de percibir ingresos por estas actividades.
De esta manera, los regidores encargados de la Comisión de Educación, Recreación, Cultura, Actos Cívicos y Fomento Deportivo, podrán acercarse a los programas, tanto federales como estatales, para presentar ante el cabildo las propuestas para rescatar, fomentar y promover la cultura en sus municipios. Así sea.
A trabajar se ha dicho.
De cinismo y anexas
Groucho Marx dijo: “El secreto de la vida es la honestidad y el juego limpio, si puedes simular eso, lo has conseguido.” ¡Ah, qué caray!
Ahí se ven.
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