Política incorrecta
“El irlandés” por un italoamericano
Veo cine italiano prácticamente desde que tengo memoria. En Córdoba me chuté siendo adolescente buena parte de la filmografía de Marcelo Mastroianni y Sofía Loren, los dos monumentos del cine de la península de la bota, pero en las salas cinematográficas de mi pueblo, que eran tres, vi a Fellini, De Sica, Visconti y Passolini, y disfruté a Lando Buzzanca, Terence Hill y Bud Spencer, gocé con Sergio Leone y sus geniales spaghetti western, y soñé, a veces despierto, con Edwige Fenech, Laura Antonelli, Claudia Cardinale, Ornella Mutti y Virna Lisi.
Es decir, el cine italiano ocupa un lugar especial en mi cinefilia personal. Más tarde, descubrí el cine italoamericano con un director de la talla de Francis Ford Coppola con esa obra maestra en la historia del cine llamada ‘El Padrino’ (1972). Con Coppola supe lo que era una obra magistral y oí hablar por primera vez de Al Pacino y una serie de actores de ascendencia italiana interpretando los principales papeles de la mafia italiana como hechos a la medida (John Cazale, Joe Mantegna y Talia Shire, que en realidad se apellida Coppola). Más tarde, en 1976, se estrenó otra película memorable de otro director italoamericano, Martin Scorsese, ‘Taxi Driver’ (1976) y en 1979 otra obra cumbre de Coppola, ‘Apocalipsis Now’.
Entonces se abrió para el que esto escribe una especie de afición por el cine norteamericano ya fuera dirigido y/o interpretado por directores, actrices, actores y escritores italoamericanos. Con películas que me han dejado una profunda huella como la comunidad cinematográfica que es: ‘Calles peligrosas’ (1973), ‘Tarde de perros’ (1975), ‘Rocky’ (1976), ‘Taxi Driver’ (1976), El francotirador’ (1978), Toro Salvaje (1980) y ‘Erase una vez en América’ (1984) y ‘Buenos muchachos’ (1990), entre otras cintas, las cuales nada más con ver el elenco eran sinónimo de garantía.
Acabo de ver –tenía tiempo de no ver cine- ‘Irishman’ (El irlandés, 2019) de Martin Scorsese y quedé francamente sorprendido por la calidad de cinematografía del veterano y brillante realizador. No le quito ni le agrego nada, es una cinta que demuestra una vez más la magistratura del director de 77 años, a pesar de tener una duración un tanto extrema, 3 horas con 30 minutos. Es una dirección precisa que va moldeando una historia de gánsters contada de manera pausada, sin prisas, desde la forma de caminar de los actores, sus gestos, ademanes y demás recursos dramáticos, actorales, la historia, el guion, la edición y los efectos computacionales y escenográficos para mostrarnos a un Robert De Niro, Joe Pesci, Al Pacino y Harvey Keitel a través de distintas épocas y momentos históricos.
‘Irishman’ cuenta la historia del líder sindical Jimmy Hoffa (Pacino), considerado a mediados del siglo pasado como uno de los hombres más poderosos de los Estados Unidos y de un matón (sicario), Frank Sheeran (De Niro). La dirección de Scorsese es muy disfrutable cuando se trata de contar historias de mafiosos, más si son italianos, de su poder e influencia. La película es un deleite visual que nos muestra la reinvención cinematográfica de los actores de alto calibre.
Es un verdadero placer ver a Pesci (se me quedó muy estereotipado en ‘Mi pobre angelito’), De Niro, Pacino (no soy fan porque suele sobreactuar) y Keitel juntos, y de cómo nos entregan actuaciones muy recordables visualmente hablando. La fotografía es del mexicano Rodrigo Prieto. Se puede ver en la plataforma de Netflix.
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