Mientras en China levantan hospitales en sólo 10 días, ante emergencias sanitarias como la que enfrentan con el nuevo coronavirus, en México pueden pasar casi una década y varios sexenios, sin que las obras hospitalarias se concluyan.
Tal es el caso del Hospital de Especialidades con Oncología de Gómez Palacio, en Durango, cuyo proyecto arrancó en 2012 y aún no entra en operaciones.
El proyecto se inició en 2012 y se planteó una construcción de 13 mil 22 metros cuadrados, cuya inversión ascendería a 250 millones de pesos.
Para 2015, el costo de la obra se había incrementado y el monto alcanzaba los 593.9 millones de pesos. En 2017, se decidió que el hospital convertiría en el Hospital de Especialidades con Oncología y su construcción constaría de 31 mil 486 metros cuadrados, cuya inversión ascendía a 701 millones de pesos.
En marzo de 2018 tenía un avance de un 99 por ciento, pero se registraban pendientes en la reingeniería eléctrica que limitaba la operación adeudada de las áreas de Central de Equipos y Esterilización e Imagenología; además de que estaba pendiente la adquisición de equipo médico y mobiliario.
Apenas el sábado, Juan Ferrer, titular del Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (Insabi), hizo un recorrido por esta obra hospitalaria y aseguró que se prevé que empiece a funcionar a mediados de 2020.
Esta obra se dotará del mobiliario e instrumental que requiere. Además registra problemas en las instalaciones eléctricas, pues la capacidad que se instaló para dotar al hospital de energía eléctrica no es el adecuado, por lo que también es necesario su adecuación; mientras que para la contratación del personal se trasladarán del antiguo Hospital General, y se complementará con otro grupo de personas que se requiera.
Otro hospital en una situación similar es el Hospital General de Zona del IMSS en Pachuca, el cual arrancó en 2009, pero tras fracasar el proyecto de un Hospital de Especialidades a cargo del Estado, el edificio fue cedido al Instituto en 2014.
El IMSS retomó la obra en 2016, pero hasta la fecha sigue inconclusa.
Un diagnóstico de la actual administración reveló la existencia de 326 obras inconclusas entre hospitales y unidades médicas, de las cuales 160 estaban suspendidas.
El Gobierno informó que estas 160 obras que se encuentran suspendidas y en las que se invirtió presupuesto en el sexenio pasado, no se podrán en funcionamiento, porque cuentan con los mínimos indispensables y hacerlo implicaría un riesgo.