«El Presidente ya está hasta la madre con los pleitos de Morena- me dice un miembro del gabinete-. AMLO se remontó a 2009, cuando los pleitos internos originaron un golpe técnico. «No quiero a un partido lastre», dicen que dijo. Y que renunciará si no mejoran las cosas, Y una forma de que mejoren es que superen sus diferencias, y después del interinato quede Bertha Luján como dirigente». Lo escribe José Ureña en «24 Horas».