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Universidad Veracruzana

Blanca Elizabeth Cortina Julio, del Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB) de la Universidad Veracruzana (UV), impartió el taller “El manatí, sirenas amenazadas de los humedales” el pasado 18 de enerocomo parte de las acciones orientadas a su cuidado y preservación pues actualmente está declarada en peligro de extinción. 

La participación de la investigadora fue en el marco del evento La biodiversidad amenazadaorganizado por el IIB y conformado por exposiciones, conferencias y talleres que se desarrollarán hasta el 27 de febrero en el Centro Recreativo Xalapeño.  

Blanca Cortina es una de las precursoras del programa de protección, conservación y rescate del manatí antillano (Trichechus manatus manatus) en el Sistema Lagunar de Alvarado (SLA), y gracias a esa iniciativa se ha concienciado a pescadores y frenado la caza de esa especie perteneciente al orden de los sirenios. 

En el taller dio a conocer a la población en general principalmente a los niños que el manatí habita en aguas del SLA y en la cuenca del río Papaloapan. Hace muchos años hubo registro de ellos en el norte de Veracruz. 

La investigadora destacó los esfuerzos que se han realizado para recuperar esas poblaciones y protegerlas de las principales amenazas, entre ellas el hombre. 

Sin embargo, confió en que la población infantil pueda convertirse en aliada de estos gigantes marinos, mediante el cambio de actitudes y decisiones que tienen que ver con no arrojar basura en la calle, pues al final ésta va a dar a los ríos, lagunas y mares, es decir, a los sitios donde vive el manatí. 

Una vez que protegen al manatí también cuidan a una especie sombrilla y al entorno donde vive.” 

Blanca Cortina dijo que la importancia del taller radica en inculcar a los niños el cuidado y protección del medio ambiente, idea que se fortalece con el recorrido que posteriormente hacen por la exposición, pues ahí encuentran mucha información sobre varias especies y de la biodiversidad del planeta. 

Precisamente, en una de las salas principales del Centro Recreativo Xalapeño se exhibe un esqueleto de manatí hembra adulta de más de tres metros de largo. 

La investigadora dio a conocer que la osamenta fue donada en 2003 por el pescador Aladino Chávez Palacios, de la comunidad Paso el Platanar, del SLA, dedicado por muchos años a la cacería del manatí para consumo propio. Él falleció el año pasado, a una edad cercana a los 100 años. 

Pero, gracias al programa de conservación y protección del manatí, don Aladino pudo retractarse y abandonar esa práctica. Fue así que decidió donar el esqueleto que conservó en bolsas de costal por mucho tiempo. 

En la actualidad, pertenece a la colección biológica del IIB y ha servido para mostrarlo a muchas personas. También para analizarlo científicamente, lo cual estuvo a cargo de Francisco Aranda Manteca, doctor e investigador jubilado de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), quien hizo un estudio de los huesos, el cual arrojó que presentaban una deformación y descalcificación. 

Finalmente, Cortina Julio mencionó que los manatís pertenecen al grupo de los sirenios, junto con los dugongos, que viven en Australia, y a la vaca marina de Steller, extinta desde hace muchos años. 

La denominación de sirenas se atribuye a una leyenda que se remonta a los viajes de Cristóbal Colón por el continente americano, pues se dice que en una ocasión la tripulación confundió a los manatís con tales criaturas mitológicas. 

Por:Claudia Peralta Vázquez