Kirk Douglas, la muerte de un inmortal
Siendo un niño apenas, lo recuerdo como si hubiera sido ayer –6 o 7 años a lo máximo-, cómo mis ojos se llenaron de ilusión, de una gran ilusión y emoción al presenciar en una matiné una película que me dejó marcado para siempre. Hablo de la ya legendaria ‘20.000 leguas de viaje submarino’ (‘20,000 Leagues Under the Sea’, 1954). En esa época, con esas películas se fraguó en este escribano su enorme afición por el Séptimo Arte.
Esa legendaria película basada en la no menos legendaria novela de Julio Verne, era una cinta rodada a color, a todo multicolor diría yo, el famoso Eastmancolor, el sistema de filmación usado en las décadas de los 50 y 60, protagonizada en épicos papeles por Kirk Douglas, James Mason, Peter Lorre y Paul Lukas, producida por Walt Disney. Ya sabe usted la historia central y si no se la platico.
A mediados del siglo XIX, los mares ya no eran seguros para navegar. Misteriosamente se habían perdido algunos barcos sin que nadie logrará explicar lo que sucedía mar adentro. Algunas versiones hablaban de que se trataba de un monstruo marino, un pez gigantesco con un gran cuerno afilado en su frente que acometía a los barcos y los hundía. Desde los Estados Unidos se organiza una expedición de exploración con el fin de dar con el misterioso ser marino, descubrir el secreto de los hundimientos y, si es posible destruirlo.
La expedición la integraban un naturalista, el profesor Aronnax (Paul Lukas), con su ayudante Conseil (Peter Lorre); también participaban de la expedición un hábil y arrojado ballenero, Ned Land (Kirk Douglas), que esperaba matar la bestia. Finalmente, después de una larga navegación finalmente una noche son atacados por el terrorífico monstruo, el barco es hundido y los supervivientes son rescatados por un navío distinto a todo lo que habían visto hasta ese entonces: una nave submarina llamada Nautilus.
Ya a bordo de la misteriosa máquina conocen al capitán Nemo (James Mason), quien les muestra toda la nave, en donde son tratados cotesmente, informándoles que quienes ingresaban al Nautilus, nunca lo podrían abandonar. Nemo les revela muchos secretos del mundo marino y submarino, recorren diversos los mares en un viaje en donde los llevan a recorrer lugares increíbles, entre los que se encuentra la mitológica Atlántida.
De lo demás seguramente ya se acordaron, queridos lectores. Las inolvidables caminatas submarinas con escafrandas que les proveían de oxígeno, con vestimentas impermeables, toda una aventura y experiencia desconocida por los exploradores, hasta que finalmente son atacados por un calamar gigante contra el que tienen que luchar heroicamente, destacándose en esa lucha, por supuesto, el gran Kirk Douglas en su papel del osado y curtido ballenero canadiense Ned Land.
Escenas míticas e imborrables, desde que acomete al Nautilo para tratar de cazarlo y darle muerte con sus lanzas arponeras para cazar ballenas, la enigmática y apacible personalidad del capitán Nemo y el gran Peter Lorre en su papel de un científico denodado. Una película increíble, cine fantástico al más puro estilo Hollywood de los años 50. De todos estos monstruos cinematográficos el único que sobrevivía a la increíble edad de 103 años. El próximo 9 de diciembre cumpliría 104. Finalmente el tiempo venció a este gigante de la actuación el pasado 5 de febrero pasado en Beverly Hills, California. Kirk había nacido en Amsterdam, Nueva York en el ya lejano año de 1916.
Imaginen los ojos de de un inocente chamaco de mi edad, estamos hablando de la década de los 60, cuando todavía la historia no había llegado a su final –Fujuyama dixit-. Guardo en mi memoria muchas imágenes del gran Kirk que en realidad se llamaba Issur Danielovitch Demsky, hijo de un matrimonio judío de origen bielorruso. ‘Espartaco’ (1960) y ‘Senderos de gloria’ (1957), ambas dirigidas por Stanley Kubrick. También fue dirigido por John Houston.
Para terminar diré que solo otra película me impresionó por los efectos especiales en aquellas épocas: ‘Moby Dick’ (1956), también dirigida por John Houston y protagonizada por Gregory Peck. Las imágenes de Peck amarrado al gigantesco animal mientras trataba de defenderse de la caza del implacable ballenero Peck permanecen ahí, imborrables en mi memoria cada vez más corta.
Descanse en paz el inmortal Kirk Douglas.
gama_300@nullhotmail.com @marcogonzalezga