LOS EXTREMOS CONFUSOS
Uriel Flores Aguayo

Ni el presidente López Obrador, es socialista o comunista ni sus críticos son neoliberales o conservadores. Decirlo con claridad es pertinente para propiciar un diálogo y debate públicos sano y útil. Si se quedaran las cosas en ese nivel de confusiones y retórica hueca, no hay posibilidades de acuerdos ni entendimiento alguno. En una ruta de confrontación constante, evitable e innecesaria, se eluden responsabilidades y se hace un ruido para el momento, pero innecesario. Por algún tiempo los términos de la conversación pública se orientarán hacia el choque de posturas exageradas, de esas que hacen gala de intolerancia y se basan en la descalificación. Eso proviene de un estilo directo y duro del presidente y la reacción del mismo nivel de sus opositores. Hay otro nivel del lado de la crítica como también otros niveles en las filas gubernamentales. Además del Presidente, innovador y firme, hay posturas autocríticas en gente como el Senador Monreal, el Diputado Muñoz Ledo, Tatiana Cloutier, Elena Poniatowska, etc.. En el periodismo, los intelectuales, gente de cultura, activistas sociales, entre otros, hay posiciones serias y auténticas respecto a medidas gubernamentales y decisiones Presidenciales.

AMLO es un personaje construido con su gran esfuerzo y persistencia heroica, así como el apoyo leal de amplios sectores de la sociedad. Comparativamente su figura y actos son inmensamente superiores a las frivolidades y corrupción de un Fox y un Peña Nieto. Sin duda habrá cambios importantes en México con la Presidencia de López Obrador. Bastaría combatir la corrupción, fortalecer al Estado de Derecho y mantener contacto con la ciudadanía para que se genere un mejor ambiente público y se observen cambios importantes en la sociedad. Hay problemas estructurales en la economía y la seguridad que llevarán mucho tiempo para sus soluciones, las cuales serán posibles siempre y cuando se enfilen correctamente las políticas públicas respectivas. No hay ni la mínima intención de dejar de ser una economía de mercado en los marcos del capitalismo, tal vez con más intervención Estatal en algunos campos; la ratificación del Tratado del Libre Comercio (T-MEC) con E.E.U.U. y Canadá, da una idea categórica de la esencia del proyecto político real de la llamada «cuarta transformación»

Hubo elecciones en el año 2018 y resultó un mandato abrumador para AMLO y su bloque político. No hay un cheque en blanco y ya se verá lo que hacen los nuevos actores con el poder recibido. Hay un resultado categórico en torno, sobre todo, a Andrés Manuel, en quien treinta millones de electores depositaron su confianza para cambiar de fondo la realidad de nuestro país. Es cuestión de votos y la oportunidad para que se aplique un programa y una visión de país de quienes ganaron las elecciones. Es hasta absurdo plantear renuncias o declinaciones de quienes llevan unos catorce meses en el poder. Ahora ya son responsables de gobernar, tienen que rendir cuentas y dar resultados. Es vital preservar la pluralidad y mantener un ambiente democrático. Es esencial para nuestra vida pública y el funcionamiento de las instituciones que tengamos acuerdos básicos de convivencia.

Ahora queda claro que los estilos personales y la condición humana son determinantes en los hombres del poder. Hubo mucha ingenuidad en quienes, idealistamente, pensábamos que quienes llegarán al poder con ideas progresistas y de izquierda eran cualitativa y éticamente superiores. Ya vimos que son como todos los seres humanos y, con muchas excepciones, tan normales como cualquier político. A nivel federal hay carreras sólidas y trayectorias con identidad ideológica; eso le da al proyecto político unos rasgos definidos. Es muy distinto en las Entidades y los Municipios, con figuras de menor peso y en plan imitador. El mandato que recibieron es una gran esperanza y altísima expectativa. Tienen una gigantesca responsabilidad. Ya depende de ellos sí estarán a la altura de esas ilusiones sociales o si derrochan el mandato recibido. Con realismo y seriedad, convocando permanentemente al diálogo y a la unidad, pueden hacer un gran servicio democrático a México.

Recadito: buenas noticias para la ruta independiente en XALAPA.

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