DEL TAMEME AL KILO

Por: Alberto Calderón P.

Conocer las unidades de peso y medidas en las diversas culturas en el mundo es algo sorprendente, muchas utilizaron partes de su cuerpo y las más curiosas formas para pesar y medir, en nuestro mundo prehispánico entre otras se utilizó el Tameme.

Antes de la llegada de los españoles para el transporte de mercancía, el comercio y otras actividades de distribución, se realizaba con la fuerza motriz del hombre y el apoyo de un invento prehispánico, el “mecapal”, una banda hecha a base de una fibra tejida sujeta en su parte baja a sus extremos de dos cuerdas con la cual se sostiene el objeto que se carga, la colocaban en la frente para recorrer grandes distancias con este objeto guardaban el equilibrio y distribuían la carga en todo su cuerpo.

El “Tameme” en náhuatl significa la persona que carga, en su momento fue toda una clase social dentro de la jerarquía de la cultura azteca, su estrato se encontraba arriba de los esclavos, tenían mayores privilegios y sobre todo independencia y libertad, realizaban jornadas cuyo recorrido rebasaba los 20 kilómetros, para resistir con un peso oscilando entre los 20 a 25 kilogramos, esto era posible gracias a su acondicionamiento desde niños para soportar estas extenuantes jornadas. Los pueblos nativos de la meseta central contaban con mediciones líquidas, de superficie y de longitud calculadas por recipientes, su cuerpo como el Cenyollotli medida que iniciaba en el corazón hasta el dedo más largo de la mano, con el brazo extendido y otras tantas.

Con la llegada de los españoles los sistemas de medición y peso que se adoptaron eran muy similares a las que se tenían en el país peninsular, para las de capacidad se utilizaron la jarra, la botija, el barril. La arroba para el aceite equivalente a 12.563 litros actuales. Para las de longitud se utilizó en principio su cuerpo, específicamente el codo y el píe, cuando fueron insuficientes apareció la vara, de estas existían variables. En cuanto a las medidas agrarias la hacienda se medía por 125 millones de varas al cuadrado, equivalente a 8,775.5 hectáreas, el solar para casa, molino o venta tenía una superficie de 2,500 varas cuadradas.

Estando en la presidencia del país Ignacio Comonfort decreta la erradicación de medidas antiguas el 15 de marzo de 1857 que rigieron a nuestro país por un poco mas de 300 años, para hacer un control homogéneo y equitativo de los pesos y medidas que hasta ese momento eran un verdadero caos, tratando así de evitar el fraude.

Cabe hacer mención que en la actualidad aun existen formas antiguas para referirse a ciertas mediciones como en el caso de los solares en las poblaciones rurales, o la utilización de algunas partes del cuerpo para la medición como el servir uno o dos dedos de vino o la superficie laborada como una peonada, un jornal o una carretada.

En París se resguardó el llamado “Gran K” y seis copias idénticas de él, han estado ahí durante 130 años, unos cilindros metálicos, es una masa de un kilogramo hecha 90% de platino y 10% de iridio, ha salido pocas veces de su sitio en la Oficina Internacional de Pesos y Medidas en un suburbio parisino. El 20 de mayo de 2019 fue sustituido por la llamada Constante Planck, en la Conferencia General de Pesos y Medidas formada por 60 países, ahora es un kilogramo cuántico, idea futurista surgida en 1900 por Max Planck.

El “Gran K” que fue desechado perdió 50 microgramos de forma inexplicable para los científicos, para los actuales nanodatos representa una gran cantidad.

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Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores (REVECO)