«Cualquiera que acabe siendo el camino que adopte el Presidente López Obrador, hay dos circunstancias que no podrá evitar: por un lado, tiene que procurar una tasa elevada de crecimiento: la noción de que se puede lograr el desarrollo sin crecimiento es mera fantasía. Por otra parte, el crecimiento requiere inversión privada, la cual sólo se consumará cuando se acabe la incertidumbre que produce del propio gobierno (diria yo, algo como la cancelsación de Texcoco, pero al revés, a favor de la confianza)). Por otro lado, la única forma de lograr un crecimiento susceptible de avanzar hacia el desarrollo es con un esquema incluyente que promueva la movilidad social». Lo escribe Luis Rubio en «Reforma».