En su libro Our House Is on Fire: Scenes of a Family and a Planet in Crisis (Nuestra casa está ardiendo: una familia y un planeta en crisis), la madre de Greta Thunberg, Malena Ernman, describe cómo una estudiante anónima de Suecia acabó convirtiéndose en una activista medioambiental conocida en todo el mundo.
El diario The Guardian publicó este domingo un extracto de la obra en el que Ernman cuenta que Greta dejó de comer y de hablar a los 11 años, antes de que fuera diagnosticada con síndrome de Asperger, un autismo altamente funcional y trastorno obsesivo-compulsivo.
Ernman explica que su hija empezó muy pronto a darse cuenta de la falta de la conciencia sobre la situación del cambio climático y a quejarse por ello. “Ustedes las personas famosas son para el medioambiente básicamente lo mismo que los gobiernos antiinmigrantes para la sociedad multicultural”, dijo Greta a su madre, una conocida cantante de ópera, y a su padre, actor.
Los problemas de salud empezaron a aliviarse notablemente con el aparente cambio que provocó en la sociedad el movimiento de paros escolares iniciado por Greta frente al edificio del Parlamento sueco en 2018. La madre recuerda que numerosas se acercaban a la activista para contarle cómo habían empezado a adoptar hábitos más ecológicos inspirados por su acción.
Los progenitores de Greta aseguran que vigilan su estado diariamente y no hallan señales de la mala condición que sufrió en el pasado. “No vemos ningún signo de que se encuentre otra cosa más que bien”, afirma Ernman.