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Notimex

El humo de cigarro de tercera mano puede adherirse al cuerpo y la ropa de un fumador y liberarse en entornos donde nunca antes se ha fumado, concluyó un estudio publicado este miércoles por la Universidad de Yale, en Estados Unidos.

“Las personas son portadoras de contaminantes del humo de terceros a otros entornos, lo que puede generar efectos adversos a la salud de los no fumadores», afirmó el líder de la investigación, Drew Gentner.

Lo anterior se comprobó luego de que los científicos rastrearon compuestos, como gases o partículas, en una sala de cine durante una semana. Con ello, se encontró un aumento de diversos compuestos, como la nicotina, que se encuentran en el humo de cigarro.

Las emisiones de estos compuestos fueron iguales a las de estar expuesto al humo de hasta 10 cigarros. “Estas emisiones y concentraciones en el aire alcanzaron su punto máximo al llegar la audiencia y disminuyeron con el tiempo, pero no completamente”, dijo.

Esto se debe a que los productos químicos no sólo permanecen en el aire, sino que también se absorben en varias superficies y muebles a través de los humanos, indicó el investigador en un comunicado.

El humo de tercera mano es descrito como la contaminación residual del consumo de cigarro que se adhiere a las paredes y otras superficies en lugares donde anteriormente se ha fumado.