«No está claro cuánto tiempo durará la emergencia médica por el coronavirus, ni qué secuelas dejarán en el cuerpo económico las medidas extraordinarias; no hay mapas de navegación para transitar en este océano que está lleno de seres desconocidos: suspensión generalizada de espectáculos, colapso de la demanda para las aerolíneas y los cruceros, reorganización improvisada de los esquemas de trabajo para favorecer las labores desde casa de millones de personas. El coronavirus pegará en México en dos rubros: turismo y exportaciones a EU; y agudizará la crisis de Pemex. Sin embargo, esta crisis no tiene su origen, como la de 2008-2009, en el sector financiero y, en ese sentido, es menos grave. El problema ahora no son los bancos, sino lo desconocido». Es parte de lo que escribe el Director de «El Economista», Luis Miguel González.