Ricardo Azarcoya Alemán, fotógrafo documental de National Geographic, ofreció la charla “El poder de la fotografía y el storytelling” el viernes 13 de marzo en la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI) de la Universidad Veracruzana (UV), y expresó que en fotografía la imagen no es sola, sino que necesita de un contexto a su alrededor.
En su calidad de Embajador Canon para América Latina, el también explorador de National Geographic asistió a la UV invitado por la Dirección General de Tecnología de la Información (DGTI), como parte de las actividades del Canon Day.
Ricardo Azarcoya concedió una entrevista para Universo, en la que detalló algunos pasajes de sus inicios en la fotografía, así como vivencias profesionales como conferencista y presentaciones para National Geographic Learning y National Geographic Expeditions.
Nacido hace 43 años en la Ciudad de México para radicar posteriormente en Querétaro, el profesional de la lente recordó que, como cualquier fotógrafo, pasó por muchas etapas “en esa búsqueda de qué te gusta de una fotografía, en qué rama te gusta, empecé haciendo de todo un poco.
”Luego me fui orillando hacia el fotoperiodismo y ahí me di cuenta que quería profundizar en lo que fotografiaba, pero el ritmo de trabajo no me lo permitía, entonces decidí pasar a la foto documental pero debía aprender.”
Ricardo Azarcoya retornó a la Ciudad de México, en donde se encontró una narrativa distinta, ya no sólo visual, ahora tenía que investigar y escribir y fue así como inició el desarrollo de su carrera. En 2005, con la muerte del Papa Juan Pablo II, viajó a Italia con la finalidad de buscar, encontrar personas presentes en este suceso; a su retorno tuvo su primer acercamiento con la empresa Canon que en 2009 lo hizo su embajador para América Latina, en donde imparte conferencias y talleres sobre fotografía.
De su trabajo para National Geographic, aseguró sentirse atraído por dos tipos de historias: las de conservación y las relacionadas con comunidades indígenas, porque le gusta contar historias de conservación, pero sobre todo historias humanitarias.
“Agradezco a la fotografía por enseñarme a vivir y tomar decisiones, a conocer historias complejas e impactantes, y otras tristes; eso me ha hecho más sensible, introspectivo por estar detrás de la cámara, lo veo como una gran responsabilidad, porque una historia debe ser muy bien contada pues es la idea que la gente va a tener, por eso hay que verlo con pasión, entrega y responsabilidad.”
Ante el avance de la tecnología en materia de fotografía, el embajador Canon reconoció: “Considero que la formación del fotógrafo debe pasar por una educación análoga y también digital, porque en cuanto aprendes fotografía análoga entiendes lo que es el proceso de la imagen, los materiales sensibles; antes el cuidado de la imagen era otro, tenías que aprender a poner un rollo, conocer los líquidos y ver cómo iba saliendo la imagen en el regulador o la charola, esa formación es muy importante para conocer lo que es la imagen y la fotografía”.
Por último, Azarcoya Alemán pidió a fotógrafos profesionales y amateurs “que no dejen de hacer fotografía, en la actualidad el poder de la imagen es muy fuerte porque defiende, protege y atestigua, es una forma de comunicar y vivir la evolución de la humanidad; las redes sociales se están convirtiendo en el diario del planeta, de lo que pasa todos los días en cualquier parte del mundo. Si se quieren profesionalizar tienen que estudiar en una institución, practiquen y sean apasionados, porque antes de ser buenos fotógrafos tienen que ser buenas personas”.
Posterior a su conferencia, presentó varios de sus trabajos como explorador de National Geographic, entre ellos historias de la Selva Lacandona en Chiapas, el funeral del Papa Juan Pablo II, los elefantes marinos en la Patagonia; entre historia e historia habló un poco del storytelling (narración de historias) y su relación con la fotografía.