Números Rojos

¿Morir de Covid o de hambre?

Brenda Caballero

¡Es inútil! Donde quiera que volteemos, el COVID-19 se hace presente. Amanecemos con COVID-19, trabajamos con COVID-19, compramos con COVID-19, viajamos con COVID-19 y dormimos con COVID-19.

Para algunas personas, esta pandemia es nueva; para otros, ya nos tocó vivir el H1N1; aunque siendo realistas, no había tenido tanto impacto en la humanidad como el llamado Coronavirus.

He perdido la cuenta del número de veces que me lavo las manos al día; del número de veces que me echo gel en las manos; o de las veces que he dejado de tocarme la cara. Todo indica que la única arma que tenemos como mortales contra el virus ha estado dando resultados. Vemos gel y nos queremos echar en las manos; un lavabo, y buscamos el jabón para tallarnos de inmediato.

Sin embargo, no todos o todas pensamos igual. Hay a quienes simplemente les vale y no toman las medidas recomendadas para evitar el contagio o simplemente no pueden hacerlo porque el gel ha volado de los supermercados. Ah, pero ante la tragedia, la oportunidad, y ya circula en redes la venta de geles Anti-Covid-19 en varias presentaciones y precios. ¡Quién sabe que tengan! pero al menos la sensación de seguridad y de sentirnos protegidos nos la da.

Y hablando de seguridad, en estos momentos es lo que necesitamos, más allá de la protección a la salud, pues el COVID-19 pasará, como ya lo hemos visto en China, que no presenta ningún nuevo contagio; necesitamos saber que tenemos estabilidad económica y más aún cuando el dólar llega históricamente a 25 pesos con 11 centavos.

¿Qué espera el presidente para dar certeza económica a la población?

Ya varios mandatarios han salido con planes económicos de emergencia: el gobierno de Francia suspende el pago de alquiler, impuestos, agua y luz, así como indemnizaciones para los trabajadores que se queden en su casa. En Italia no despedirán a ningún trabajador durante dos meses, además que si trabajaron durante el confinamiento, recibirán un ingreso extra. En España les darán fondos privados a los despedidos.

Desde luego, habrá quien diga “Ah, pero son países europeos”. Déjeme decirle que acá en América, Estados Unidos ya implementó un cheque a las personas que ganen hasta 75 mil dólares al año, algo así como millón y medio de pesos para apoyarlos durante la pandemia. ¡Ah, pero es Estados Unidos! Pues no es por desanimar, pero Chile ya salió con su programa de apoyo a Pymes, a los trabajadores se les apoyará con ingresos desde el seguro de cesantía, se pospondrán los impuestos. Incluso, hasta El Salvador, y conste que no es por minimizarlo, sino por recordar que México hasta lo apoyó con recursos económicos para evitar que sus habitantes migraran. Allá, su presidente Nayib Bukele ya suspendió el pago de energía eléctrica, agua, teléfono e hipotecas durante tres meses.

¿Y México? Aún no hay nada, más que incertidumbre en muchos trabajadores que se irán a su casa, de manera “voluntaria” sin goce de sueldo. Aún no se contagian de COVID, ni tienen síntomas, pero ya les pega la pandemia ante un gobierno que no puede darles tantita certidumbre económica. Entonces ¿morir de Covid o de hambre?

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