En esta ciudad, el cierre de bares y centros nocturnos quedó a criterio de los responsables, sin embargo, los que trabajaron con normalidad lucieron casi vacíos este fin de semana.
El viernes pasado las autoridades municicipales emitieron un mensaje donde los invitaban a sumarse a las medidas de prevención para evitar contagios de coronavirus.
Aunque la mayoría de los establecimientos instalados en el malecón costero decidieron abrir con normalidad, argumentando que se verían seriamente afectados si no lo hacían.
“De un cien por ciento que teníamos bajamos a un 35, la verdad si fue un bajón drástico, pero pocos siguen llegando. De aquí dependemos yo, mi compañera y mi jefa que tiene que mantener a sus hijos, y pues necesitamos el trabajo”, dijo uno de los encargados.
Durante un recorrido realizado la noche del sábado por el equipo de Más Noticias, documentamos que por lo menos la mitad de las mesas instaladas en la mayoría de los bares y antros estaban vacías.
Aun cuando decidieron poner guantes de látex y cubrebocas a sus empleados, eso no significó que las personas decidieran salir de sus casas para ir a divertirse.
Aún así, hubo algunos, en su mayoría jóvenes, que decidieron estacionar sus vehículos sobre el boulevar costero para convivir al aire libre como ya es costumbre.
“Nosotros como jóvenes en sí sin lo tomamos en serio, pero no nos vamos a quedar encerrados en casa y pues no cayó en Semana Santa, y pues nos queremos divertir andamos aquí por el malecón”.
Las ventas cayeron al menos en un 50 por ciento de acuerdo a lo señalado por los gerentes de estos negocios, que se rehúsan a cerrar a menos que sea una indicación general.
En cambio, tiendas de conveniencia y depósitos de cerveza continúan vendiendo con normalidad pues muchos de los que salieron a divertirse llevaban neveras llenas de bebidas alcohólicas.
“A pesar de las recomendaciones de las autoridades, los porteños se rehúsan a quedarse en sus hogares sin embargo no acuden a centros nocturnos y prefieren quedarse en la franja costera”, dijo uno de los entrevistados.
La invitación a las personas es que no acudan a lugares donde haya mucha afluencia y, en medida de lo posible, quedarse en sus hogares.