Cosmovisión
Por: Raúl López Gómez

México creo en ti, suave patria

En lo que dicen, de qué en México, ya entró en la fase dos del Covid-19, coronavirus, declarada pandemia en el orbe por la Organización Mundial de la Salud, las familias se encuentran cumpliendo con las medidas sanitarias y al pie de la letra de todas las disposiciones para mantener a raya el contagio exponencial.

De cumplirse por parte de todos, con las medidas cautelares, seguramente los mexicanos una vez darán al mundo un mensaje de estoicidad y de disciplina, de valor y de entrega por sus familias, así como del gran cariño por su país,

La gente está cumpliendo con probidad y sensatez a mantenerse resguardados en sus hogares y salir lo menos posible a comprar alimentos o medicamentos, tarea que está demostrado la están haciendo los jefes de la casa.

Como en antaño, en las familias ahora se da la lectura, las pláticas de sobremesa, los juegos de mesa, las tareas de reparación y mantenimiento, pero ante todo se ha recuperado en muchos la fe en Dios, con la oración, la lectura de la biblia y la esperanza, de que pronto pase la emergencia a este mal, del que todos esperan se extinga pronto.

Y como lo diría Silvio Rodríguez, en la metáfora: “ojalá pase algo que lo borre de pronto”, para que vuelva la calma al mundo, que vive la peor angustia en la historia de la humanidad a un enemigo silencioso, en una guerra en contra de un enemigo cruel y despiadado.

En la realidad mexicana, de gente valiente, prudente y estoica, muchos salen a las calles a cumplir con sus labores cotidianas de intentar seguir con sus actividades laborales de siempre, para ganar algo para la subsistencia.

Otros, cumplen con las tareas de salud en hospitales y clínicas, sin inmutarse al enorme riesgo, también quienes siguen ejerciendo actividad laboral en restaurantes y cafeterías. O el personal de dependiente en supermercados y farmacias, además de los mercados tradicionales que no pueden parar como un elemento clave de apoyo a quienes se quedan en sus casas aislados.

La solidaridad mexicana, es la más grande de la humanidad en tiempos de crisis, los mexicanos se unen y desde hacer una cadena de oración, hasta hacer una cadena de ayuda real a los que menos tienen.

Por eso, en este momento muchos ricos y pobres se desprenden de lo poco o lo mucho para compartirlo en la necesidad con la gente.

Es tiempo, de sacar del ropero todo lo que no se use de ropa y calzado, del botiquín las medicinas y de la alacena lo que más se pueda compartir con quienes carecen en el momento de la emergencia de lo indispensable para sobrevivir al clima de escases en el trabajo o en las actividades del comercio informal.

Amplio reconocimiento de los mexicanos a las fuerzas armadas, para entrar en el apoyo en los hospitales públicos en el país con el personal médico y de enfermería de mucha fortaleza laboral y de ayuda a toda la gente que lo necesite.

Y como diría el poeta Ricardo López Méndez, en su México Creo en Ti, como en el vértice de un juramento. Tu hueles a tragedia, tierra mía, y sin embargo ríes demasiado, acaso porque sabes que la risa es la envoltura del dolor callado…

O como lo diría Ramón López Velarde en su Suave Patria: diré con una épica sordina: la Patria es impecable y diamantina. Suave Patria: permite que te envuelva en la más honda música de selva con que me modelaste por entero al golpe cadencioso de las hachas, entre risas y gritos de muchachas y pájaros de oficio carpintero. Animo. Así las cosas