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La Jornada / Armando G. Tejeda, corresponsal

En el último día, en España se registró un fallecido cada medio minuto por la pandemia del Covid-19. La crisis humanitaria y sanitaria avanza a un ritmo que supera la capacidad de atención de los hospitales españoles, que llevan trabajando al límite de su capacidad desde hace más de diez días y que, según anunció el gobierno, “todavía está por llegar lo peor”. Además no para de aumentar la cifra de personal sanitario infectado con el virus, que roza los diez mil, es decir que supera con creces el 18 por ciento del total infectados, una cifra que no se compara con ningún otro país.

La espiral de infectados y fallecidos en España no para de aumentar, con una propagación del virus que es cada vez más veloz y mortífera. Los últimos datos así lo constatan: un muerto cada 53 segundos, con lo que se han sumado 769 personas a la cifra global de fallecidos, que ya es de cuatro mil 858, la segunda más alta del planeta y sólo detrás de Italia, donde han muerto ocho mil 215. El número de infectados oficiales es de 64 mil, aunque quizá el dato que más inquieta es el de los pacientes que se encuentran internados en la Unidad de Cuidados Intensivos, que asciende cuatro mil 165 y que se debaten entre la vida y la muerte.

El responsable del gabinete técnico creado por el gobierno del socialista Pedro Sánchez, el doctor Fernando Simón, explicó que los datos revelan que la tendencia es al alza y que por tanto “lo peor está aún por llegar”, tanto en número de infectados como en número de fallecidos. Cabe recordar que el propio mandatario español y los principales responsables sanitarios han repetido el mismo mensaje en los últimos ocho días, con lo que la previsión es que la situación se deteriore aún más.

Uno de los principales fallos de la gestión del gobierno español es la protección al personal sanitario, que ha tenido que enfrentar la mayor crisis de su historia sin los recursos básicos para el ejercicio de su trabajo, ya sea porque no tenían las mascarillas y los guantes de látex necesarios para evitar el contagio, o porque carecían de los recursos médicos para atender a los pacientes, como los aparatos respiratorios, que son insuficientes a día de hoy. De hecho, los últimos datos revelaron que del total de infectados, los profesionales de sanidad con el virus son nueve mil 980, es decir casi un 18 por ciento del total. Una cifra sensiblemente superior a la de otros países como China, Italia, Alemania , Francia, Irán o Japón.

El gobierno también informó, a través de la ministra del Trabajo, Yolanda Díaz, que había aprobado un decreto con el que se prohibirá a las empresas despedir a los trabajadores de su plantilla alegando la crisis del Covid-19. El problema es que la medida llega tarde, ya que desde el pasado 14 de marzo que inició el “estado de alarma” ya se han destruido al menos temporalmente más un millón de empleos.

El Ejecutivo español también reconoció que el número de test médicos para detectar el Covid-19 que compraron en el mercado chino y que no sirven son más de 50 mil, y no los nueve mil que habían reconocido ayer. Lo que desató aún más las críticas y el malestar de la oposición política y de una parte de la opinión pública.