Fitness Financiero en el COVID-19
David Quitano Díaz
Debes convertirte en un éxito financiero en tu pensamiento mucho antes de lograrlo en la realidad.
Brian Tracey
Nuestra identidad financiera es un aspecto de nuestra personalidad, que se componen por nuestros pensamientos, creencias, emociones, comportamientos y relaciones hacia el dinero. Cuando la personalidad cambia, la identidad y relaciones hacia el dinero también cambian.
Ante dicho contexto podemos advertir que, las emociones ahora con la pandemia del COVID-19 no serán ajena a dichos comportamientos. Para ello, me he tomado el atrevimiento en esta ocasión de compartir algunas recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) a fin de no caer en el “Síndrome de imprecisión financiera” y mantener buena identidad financiera.
El establecimiento efectivo sobre las recomendaciones el fin de sobrevivir a la crisis, sin poner en riesgo la estabilidad económica, tenga en cuenta las siguientes pautas basadas en las directrices de expertos financieros como Susette Sousa y del FMI, a través del llamado de la organización a «esperar lo mejor, pero prepararse para lo peor«:
- Evite comprar productos que no necesite. No es momento para lujos y derroche. Ante la latente amenaza de una recesión global, la prudencia en el consumo es crucial para no generar endeudamientos que excedan su capacidad de pago.
- Prepare un presupuesto de emergencia en el que defina con claridad los montos de gastos que podría soportar durante los periodos de aislamiento. Aproveche la estancia en casa para reducir costos en alimentación que, en rutinas de vida y trabajo normal, podían aumentar por consumos en bares, restaurantes y pedidos a domicilio.
- Reestructure sus prioridades financieras. Al dejar de lado la alternativa de visitar los centros comerciales que frecuenta y, con ello, restringir la posibilidad de realizar «compras por impulso», ropa o elementos poco útiles o necesarios que solo adquiere por entretenimiento o atracción, plantee un plan a futuro de cómo esta experiencia puede ayudarlo a orientarse hacia un mejor manejo del dinero.
- No se convierta en un ciudadano más con síndrome FOMO. Este cuadro social, cuyas siglas en inglés quieren decir «Fear Of Missing Out«, en alusión a la sensación de no querer perderse de algo, como abastecerse de papel higiénico o comida ante el miedo a que los supermercados queden vacíos. Si lo logra, evitará colmar los cupos de sus tarjetas de crédito en un episodio de ceguera por el pánico.
- Controle el consumo de servicios públicos. Si bien la mayoría de los gobiernos han tomado medidas para congelar los pagos de las cuentas por las siguientes semanas, no se ampare en ello para incrementar el uso de recursos como agua potable, energía o gas, dado que, en el futuro, las cuentas llegarán y solo serán diferidas en varias cuotas. Por ello debe mantener, no elevar, su nivel regular de gastos.
- Aproveche la crisis, para crear oportunidades. Si no contaba con un fondo de ahorros de emergencia y, por el contrario, se encuentra sumergido en deudas, enumere cada una de ellas, calcule el total de la capacidad de ingresos y gastos y comuníquese con las entidades financieras con miras a, en la medida de lo posible, sean referidos los montos totales a números de cuotas razonables que le permitan salir a flote en los próximos meses sin condenarse a años innecesarios de intereses.
- Postergue la compra de productos importados. Ante el incremento del valor del dólar, el consumo de productos locales le facilitará reducir los costos en consumos diarios de alimentos y fármacos.
- Cree una lista con las cinco prioridades económicas básicas para solventar de manera inmediata: techo, comida, salud, servicios, comunicaciones y revise los campos en los que podría reducir costos sin afectar la calidad de vida: disminución de inversión en planes de telefonía móvil, aplicaciones con pago trimestral, semestral o anual que no sean absolutamente necesarias.
- Si tiene efectivo, pague con su capital propio para no generar intereses por compras en las que puede evitarlo (agua, comida, medicinas).
- Valore el tiempo como un activo económico y aproveche el espacio de cuarentena para desarrollar proyectos de emprendimiento desde su campo de ejercicio: consultas virtuales, clases o asesorías pagas a través de transferencias electrónicas.
- Rastree los mecanismos de alivio tributario implementados en su país para ciudadanos, emprendedores o empresarios a fin de equilibrar entre pérdidas y suspensión o división temporal de pagos de los compromisos regulares.