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La Jornada

El gobierno federal debe considerar que las acciones basadas en los combustibles fósiles son un ancla a las políticas neoliberales, un riesgo para la economía y acercan al país a una crisis climática, señaló Greenpeace. Esto señaló luego de que ayer  el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, anunció que se mantenía la construcción de la refinería Dos Bocas.

Señaló que también apostará por una menor carga fiscal a Petróleos Mexicanos, mayores recursos a la construcción de plantas termoeléctricas en la Península de Yucatán y Baja California Sur, es decir, se seguirá con los proyectos energéticos anunciados a pesar de todas las señales del mercado internacional que muestran que la industria de los combustibles fósiles está en crisis.

En un comunicado agregó que la construcción de plantas termoeléctricas en la Península de Yucatán y de Baja California Sur, significa dejar ir una oportunidad muy importante para desarrollar proyectos de energía renovable que incluyan a las comunidades en dos regiones con un altísimo potencial solar.

Consideró que continuar con la generación de energía proveniente de fuentes contaminantes hace que las medidas anunciadas en el sector salud sean paliativas.

En el caso del Covid-19, sus efectos son más peligrosos para quienes padecen enfermedades respiratorias, por lo que el estado de la calidad del aire debería ser una medida sanitario ambiental de urgente atención, de carácter preventivo, que no se está considerando.

En términos económicos cabe destacar que el gobierno tiene un gasto anual de alrededor de 871 mil millones de pesos en atender enfermedades respiratorias, presupuesto que podría ser ahorrado y destinado, por ejemplo, a la creación de infraestructura que permita mejorar las condiciones de calidad del aire y de paso crear empleos, señaló.

Quedó pendiente el plan de inversión del sector privado al sector energético. “Este sector es fundamental para virar el timón hacia un futuro en donde los sectores más pobres no paguen los costos de la inacción climática. Es muy importante que este plan integre mecanismos que permitan realizar una transición energética justa y efectiva, así como la reactivación de los ya existentes como las subastas eléctricas de largo plazo. Este plan también deberá enfocarse en reducir los obstáculos que actualmente existen para la generación distribuida de energía a base de fuentes renovables en el sector residencial y comercial y de paso cumplir con el compromiso adquirido en el Acuerdo de París de  reducir emisiones”, abundó Aleira Lara directora de campañas de Greenpeace.

Además, indicó, esta agenda energética implicará el aumento sostenido en emisiones de gases de efecto invernadero, “si el gobierno no es todólogo, debe escuchar a expertos y científicos que han planteado impostergable la reducción de emisiones de gases efecto invernadero, que en nuestro país significa la rápida y efectiva inclusión de energía renovable en la matriz eléctrica”.