Debido a la Emergencia Sanitaria en Veracruz, Jalcomulco vive por primera vez en más de 20 años una pausa del frenesí de los amantes de la aventura y el rafting, poniendo el ejemplo a los prestadores de servicios de otros municipios de la entidad.
El asueto obligatorio incluso pausó la defensa comunitaria del río Los Pescados en contra los macroproyectos de construir una presa, lucha que llevaba 5 ininterrumpidos.
De hecho, el antes hospitalario Jalcomulco ahora recibe a los visitantes con un cerco sanitario, a fin de evitar un contagio masivo del coronavirus en un municipio sin casos sospechosos.
Para uno de los empresarios del rafting, principal actividad turística en Jalcomulco, las medidas de Sana Distancia afectará indiscutiblemente tanto a prestadores de servicios, a sus empleados y a la economía del pueblo.
«Nos va a afectar a todos, y no sólo Jalcomulco, a todo México nos va a afectar pero si dejamos que se propague en las vacaciones de Semana Santa, nos afectará más, tanto económicamente como de Salud», expresó.
Abundó que el ayuntamiento anunció las medidas para controlar el acceso de los visitantes, principalmente, para evitar la propagación del virus y poner en riesgo a población vulnerable.
«Hay una asociación, en donde se platicó y estamos de acuerdo, principalmente por la sociedad y no queremos que se propague el virus, (…) el municipio nos avisó y es aceptado: no estamos en contra y no estamos peleando y esto es a nivel nacional», afirmó.
Para el prestador de servicios, esta pausa es «un mal necesario» para evitar una contingencia de mayor proporción en el país y en un municipio pequeño como Jalcomulco.
«Es un mal necesario, en todo México, y las vacaciones siempre las esperamos porque es trabajo seguro y es un mal necesario porque si dejamos entrar a la gente en los destinos turísticos se propagará», estimó el entrevistado quien pidió anonimato.
De ejemplo, comparó que si en países del primer mundo el coronavirus rebasó los servicios de salud, en México las consecuencias serían peores y más en el municipio que está alejando de las ciudades con hospitales que pueden atender a pacientes con covid-19.
«Y en Jalcomulco, es un pueblo rural, sólo contamos con una clínica, solo cuenta con 5 mil habitantes y la clínica es solo para enfermedades básicas», refirió.
DIFÍCIL RECUPERACIÓN
Previó que tras el impacto de las medidas de confinamiento social, es poco probable la recuperación en lo económico de Jalcomulco, y por lo tanto, solo confían en una posterior estabilización.
Lo anterior, aún cuando Jalcomulco es el destino de aventura más grande de México y su actividad sirvió de ejemplo a los empresarios para aplicar un modelo de aprovechamiento de los ríos en San Luis Potosí, Hidalgo y Oaxaca.
«Somos la escuelita por decirlo aquí y la mayoría de las empresas de aquí somos responsables y cuidamos al turismo y una forma de cuidar al turismo es cerrar, es un mal necesario», argumentó, pidiendo que la medida no se considere una descortesía y sí una acción para cuidar a los visitantes.
«El pueblo es pequeño, sí es pequeño, hay varias empresas pero solo tenemos turistas durante el fin de semana, puentes y vacaciones, pero jamás en la historia de Jalcomulco, en el estado y en el país se vive una situación así», observó.
Sobre la defensa del río, enfatizó que Jalcomulco no es un pueblo de personas «que se dejen engañar».
«En otros pueblos les cuentan una historia muy bonita y acceden a las propuestas, en este caso, con la propuesta de la presa pensaron que Jalcomulco iba a ser fácil y no, porque cuenta con mucha gente preparada».
Indicó que la interacción de los pobladores de Jalcomulco con los visitantes condujo a generar una mayor conciencia y de cultura para enfrentar problemas de consecuencias para la comunidad, de ahí que frenaron la hidroeléctrica.
En el caso de su empresa, el prestador de servicios dijo que está la integran empleados oriundos de Jalcomulco, y prestan su servicio de manera eventual.
Los prestadores de servicio insisten que en Jalcomulco se instaló un cerco sanitario, más no un retén ofensivo para la sociedad, sino un filtro de revisión para evitar la propagación de la enfermedad.
«Entre más lo vayamos postergando, menos va a ser el impacto» apuntó y reconoció que no se puede «contener» a todos los pobladores, dado que muchos dependen de la siembra en el campo o de la pesca.