Hemos celebrado la Semana Santa, la semana más importante del calendario litúrgico en la Iglesia católica. Ahora nos encontramos en la CINCUENTENA PASCUAL. 50 días que prolongan el anuncio de la resurrección: “verdaderamente ha resucitado y vive entre nosotros”
Con la celebración de la pascua ha llegado el gozo y el júbilo, en medio de esta contingencia sanitaria. Las campanas de las catedrales y de todas las Iglesias del mundo han tañido con insistencia para cantar nuevamente GLORIA A DIOS EN LAS ALTURAS Y EN LA TIERRA PAZ A LOS HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD porque Cristo vive y está en medio de nosotros.
La fiesta de la Pascua de Cristo es el fundamento de nuestra fe. El Señor resucitado nos ilumina y ayuda a entender todos los acontecimientos. A la luz de la resurrección los discípulos empezaron a comprender las palabras y las acciones que había hecho Jesús entre ellos, de igual manera empiezan a releer su vida y su futuro. También a nosotros, a la luz de la fe releemos los acontecimientos y renovamos nuestra esperanza. Esta noche pasará, la luz triunfará sobre esta densa niebla.
La resurrección revela el sentido de la pasión y de la muerte de Jesús. Sin la resurrección, la muerte de Jesús hubiese sido un acontecimiento dramático, una derrota del proyecto de Jesús, un final sin esperanza. Con la resurrección en cambio, se alcanza una comprensión distinta de la muerte del Hijo de Dios.
La resurrección de Jesús nos muestra el valor de su pasión, gracias a la resurrección comprendemos que la muerte en cruz, lejos de ser una derrota es más bien una victoria del amor. Con la resurrección comprendemos mejor la misión pastoral de Jesús. Él es el buen pastor que ha dado su vida por las ovejas, como él mismo lo dijo (Jn 10, 11). “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por los amigos (Jn 15, 13).
En estos días, los templos católicos siguen abiertos para que nuestros feligreses sigan contando con un espacio sagrado para sus encuentros con Dios a través de la Palabra y la oración, las celebraciones litúrgicas se realizan en forma privada, los sacerdotes ofrecen día a día el sacrificio sagrado que conmemora el sacrificio de la cruz y con ello se distribuyen las múltiples gracias para todos.
Por otra parte en los hogares cristianos se celebra como nunca la experiencia de la fe. Los medios de comunicación, la TV, la Radio y las plataformas digitales han desempeñado una función verdaderamente bella. Han servido para fortalecer los lazos espirituales entre los creyentes. La creatividad pastoral no ha faltado, Jesús sacramentado ha salido a las calles a bendecir los hogares.
Las imágenes sagradas han inundado las redes. A través de las plataformas digitales se transmiten catequesis, retiros, reflexiones, celebraciones, rosarios, videos, films y documentales. Ante la contingencia, la Iglesia ha estado acompañando a sus feligreses, como madre amorosa y diligente se ha tenido que reorganizar para seguir ofreciendo a sus hijos el alimento de la fe. La simbología y la sacramentalidad se han convertido en un canal de gracia.
Recordamos además que este primer domingo de pascua América Latina será consagrada a la Virgen de Guadalupe, la emperatriz de América. Se trata de un acto de amor y de confianza en ella de pueblos hermanos que cuando están afligidos platican con ella sus penas. Esta consagración es para suplicar a María de Guadalupe que interceda por nosotros ante su hijo Jesús para que nos libre pronto de la pandemia del COVID-19. Encomendaremos nuestra vida a su cuidado maternal.
En este primer domingo de pascua deseamos que la luz de Cristo renueve nuestros corazones. Que la resurrección de Cristo traiga esperanza y paz a todos los hogares. Que Cristo resucitado renueve la vida de todos.
¡FELICES PASCUAS DE RESURRECCIÓN!
Pbro. José Manuel Suazo Reyes
Foto de RTV Noticias.