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La Jornada / Israel Rodríguez

La mayoría de los integrantes de la Junta de Gobierno del Banco de México consideraron que derivado de la pandemia del Covid-19 se proyectan caídas en la actividad económica a niveles no vistos desde la Gran Depresión de 1929.

Todos señalaron que las perspectivas para la economía mundial continúan marcadamente sesgadas a la baja, de acuerdo con la Minuta de la Reunión de la Junta de Gobierno del Banco de México, con motivo de la decisión de política monetaria anunciada el 21 de abril de 2020.

La mayoría de los integrantes de la Junta de Gobierno advirtieron que el entorno adverso que enfrenta la economía nacional derivado de la pandemia y de los menores precios del petróleo se ha visto agravado por “factores idiosincráticos”.

En este contexto, destacó las recientes reducciones a la calificación de la deuda soberana y de Pemex por parte de tres agencias.

Puntualizó que una ubicó a la deuda soberana en un nivel superior a la pérdida de grado de inversión y que dos de ellas ubicaron la deuda de Pemex por debajo del grado de inversión.

Al respecto, uno de los integrantes notó que estos ajustes obedecieron a preocupaciones respecto a: la caída en los precios del petróleo; la fragilidad de las finanzas públicas; la sostenibilidad financiera de Pemex, y el debilitamiento institucional derivado de políticas internas. Añadió que, si bien el mercado ya había descontado estos ajustes, es previsible que se observen ventas adicionales de dichos activos por parte de inversionistas y que ello propicie un mayor apretamiento de las condiciones de financiamiento de la empresa y del país, lo cual podría obstaculizar la recuperación una vez que pase la emergencia sanitaria. Otro indicó que la caída en los precios del petróleo se ha traducido en una reducción de los ingresos y la rentabilidad de Pemex, así como en mayores primas de riesgo de sus bonos.

Consideraron que hacia adelante, el comportamiento de los mercados financieros estará influido en gran medida por la evolución de la pandemia, la profundidad de sus efectos sobre la actividad económica y sobre sectores específicos como el mercado petrolero, así como por las respuestas de política orientadas a promover el buen funcionamiento de los mercados financieros.

Alejandro Díaz de León Carrillo, Irene Espinosa Cantellano, Gerardo Esquivel Hernández, Javier Eduardo Guzmán Calafell y Jonathan Ernest Heath Constable votaron a favor de reducir el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día en medio punto porcentual, a un nivel de 6 por ciento.