- Cristian Galán, estudiante de la Facultad de Derecho, realiza una movilidad en la Universidad de Trento.
- “Decidí quedarme por temor a que mi familia pueda contagiarse, pese a que la Universidad Veracruzana me apoyaba con mi regreso”, declaró.
“Al principio Italia no tomó las medidas de seguridad necesarias, ya que no lo veían como algo tan importante, hasta que empezaron los decesos, pues están habituados a llenar las plazas públicas, museos, restaurantes, etcétera”.
“Yo decidí quedarme en Italia justo por temor a que mi familia pueda contagiarse, ya que los aeropuertos eran un foco de infección muy grande; la Universidad Veracruzana me apoyaba con mi regreso y estoy muy agradecido, pero me quedé esperando el sol y ¡ya está saliendo!” .
David Sandoval Rodríguez.
Para Cristian Galán Domínguez, estudiante de la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana (UV) que realiza una movilidad internacional en la Universidad de Trento, en Italia, la pandemia de coronavirus Covid 19 ha significado también un abrazo de solidaridad transnacional.
“Esta contingencia me permitió conocer muchas personas que pasábamos por las mismas situaciones; renté en una residencia universitaria y compañía nunca me faltó, somos cerca de 100 estudiantes, entre ellos otro mexicano más, y han sido un gran soporte junto a mi familia y mi universidad.”
Galán Domínguez, alumno del sexto semestre, estudia actualmente en la Facultad de Derecho de la universidad italiana, donde se enfoca en el derecho penal internacional y conflictos armados, así como en el aprendizaje del idioma.
“Al principio Italia no tomó las medidas de seguridad necesarias, ya que no lo veían como algo tan importante, hasta que empezaron los decesos, pues están habituados a llenar las plazas públicas, museos, restaurantes, etcétera”, comentó el joven.
Las medidas que se tomaron fueron el cierre de locales; sólo estaban abiertos los supermercados pequeños y farmacias, con reglas obligatorias de portar mascarillas y guantes, así como el acceso a siete personas como máximo dentro de los supermercados, que se limpiaban cada dos horas.
“Estaba prohibido salir, sólo podías hacerlo si necesitabas algo de estos dos establecimientos, donde tenías que llevar una hoja de autocertificación si las autoridades te la requerían, ya que había penalizaciones por salir a hacer actividades extras o reunirte con otras personas”, agregó.
Desde el primer día de mayo se permitió salir sin autocertificación y hacer deporte al aire libre, abrieron algunos negocios de comida con servicio a domicilio únicamente y siempre se debía portar cubrebocas.
En su universidad anfitriona se cancelaron las clases presenciales desde el 14 de marzo y empezaron las clases virtuales a través de Moodle y Zoom, brindándoles apoyo constante vía email “para nosotros los estudiantes extranjeros, respondiendo nuestras dudas en todo momento y actualizándonos con noticias favorables, alimentando nuestra fe de permanecer aquí porque siempre se estudia, ya que los exámenes son orales y todos basados en libros”.
Por medio de las redes sociales se ha mantenido en contacto con su familia, amigos y con la comunidad UV, comentó. “Gracias a eso siempre estoy en contacto mi familia, por videollamadas, mensajes, historias, etcétera, y con la Coordinación de Movilidad siempre tuve una buena relación desde que fui aceptado para hacer este intercambio”.
Galán Domínguez reconoció que atiende todas las indicaciones oficiales “porque sé que es para bien de toda la comunidad y gracias a los pocos contagios en la región y a la autonomía gubernamental, a partir del 18 de mayo se abrieron oficialmente los locales, y ya están disponibles los viajes dentro de la región desde hace una semana”.
Finalmente, el universitario remarcó la importancia de cuidarse y atender las medidas sanitarias considerando el beneficio colectivo y exhortó a los jóvenes a que, por el momento, “no salgan de fiesta, sé que nos gusta reunirnos con amigos en determinados lugares pero se debe pensar siempre en la familia; yo decidí quedarme en Italia justo por temor a que mi familia pueda contagiarse, ya que los aeropuertos eran un foco de infección muy grande; la Universidad Veracruzana me apoyaba con mi regreso y estoy muy agradecido, pero me quedé esperando el sol y ¡ya está saliendo!”.
A quienes se encuentran en sus hogares les recomendó que compren todo lo que necesiten para una semana y sólo acuda una persona por familia a las tiendas, usar mascarillas y gel desinfectante pero sobre todo, dijo, “ayuden a los adultos mayores para hacer su despensa, ya que son un grupo vulnerable para esta enfermedad”.