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La Jornada / David Brooks, corresponsal

Donald Trump se autoelogió porque solo hay 100 mil muertos por el coronavirus en Estados Unidos al intensificarse el gran debate sobre “reabrir” el país que continúa como epicentro de la pandemia global, y con la reelección como la prioridad para la Casa Blanca.

En un tuit este martes, Trump afirmó: “si no hubiese hecho bien mi tarea, hubiéramos perdido 1 1/2 a 2 millones de personas, opuesto a los 100 mil plus que parece será el número. Eso es 15 a 20 veces más de los que perderemos. ¡Yo cerré el ingreso desde China muy temprano!”.

Para variar, cada frase de este mensaje es falso y engañoso según los hechos más que documentados: no hizo bien su tarea al no aceptar lo que los expertos recomendaron, la cifra de millón y medio a 2 millones es de un modelo académico que calculaba el número de muertes sin ningún tipo de medidas de mitigación (algo que nunca está dentro de las posibilidades), y no cerró el acceso a Estados Unidos de inmediato.

Vale recordar que en marzo, Trump había declarado que el Covid-19 estaba bajo control y que no llegaría a causar más de 15 muertes en Estados Unidos; en pocas semanas Estados Unidos se volvió el epicentro mundial de la pandemia. Y mientras el número de muertes se aproximaba a 100 mil este pasado fin de semana dejando a familias en luto por todo el país, el presidente se fue a jugar golf.

Pero desde que estalló la pandemia en Estados Unidos, Trump y sus estrategas hicieron todo para evitar imponer medidas de cuarentena -una demora que expertos calculan costó decenas de miles de vidas- y al fin, obligados hacerlo por pronósticos cada vez más atroces, casi de inmediato han buscado cómo “reabrir el país”.

Los expertos de salud pública, incluyendo dentro del gobierno federal, han advertido repetidamente que una reapertura prematura tendrá consecuencias mortales. Pero con casi 40 millones de desempleados y pérdidas empresariales masivas poniendo en jaque su reelección en noviembre, la urgencia para “reabrir” es lo que está guiando las decisiones de la Casa Blanca.

Uno de los asesores económicos de Trump, Kevin Hassett, lo dijo claramente, usando un vocabulario revelador, cuando el domingo comentó en CNN que “nuestros recursos de capital no han sido destruidos… y nuestros recursos de capital humano están listos para regresar a trabajar”, argumentando que la crisis se puede, y debe superar, rápidamente.

El mandatario, después de insistir que las iglesias y otros centros religiosos deberían ser designados como “esenciales” y reabrir por todo el país junto con casi todos los sectores, el lunes amenazó con trasladar la sede de la Convención Nacional Republicana de Carolina del Norte si el gobernador demócrata de esa entidad no garantiza que se podrá realizar de manera plena el evento de cuatro días.

De inmediato, los gobernadores de Florida y de Georgia, ambos republicanos y alineados con el presidente, ofrecieron ser anfitriones. No mencionaron que esos dos estados -entre los más agresivos en anular las medidas de mitigación- están entre la docena de estados en donde se está registrando una alza en contagios y muertes por el Covid-19.

Al mismo tiempo que los políticos están debatiendo estos temas, unos 30 millones de niños que no tienen acceso a suficiente alimentación siguen esperando asistencia federal de emergencia aprobada en marzo. Casi un tercio de hogares con hijos reportaron no tener alimento suficiente o de la calidad deseada por falta de fondos, informó el Buró del Censo Federal la semana pasada, reportó el New York Times.

Pero para Trump, con las dimensiones económicas de la crisis comparables con la Gran Depresión y las 100 mil muertes en la pandemia más mortífera en un siglo, la única opción parece ser continuar con lo que algunos analistas llaman su “guerra contra la realidad” y promover la ilusión de que el país está a punto de superar la crisis económica y de salud pública a través de sus discursos y mensaje por redes sociales.

De hecho, por primera vez, Twitter se vio obligado de insertar dos ligas sobre tuits de Trump con el mensaje de “busca los hechos” para aclarar que su mensaje podría ser no sustentado en la verdad, en este caso donde proclamaba que las medidas para realizar el voto por correo era una maniobra que llevaría al fraude electoral.

Foto: AP