En la segunda y última jornada del 1er. Foro Virtual Internacional “Educación superior y retos ante la pandemia Covid-19. Reflexiones del impacto de la pandemia Covid-19 en el quehacer académico y profesional”, continuaron las exposiciones que permitieron conocer cómo se ha respondido a los retos y desafíos que hay para el futuro inmediato desde distintas latitudes, como lo son la europea y la latinoamericana.
Este ejercicio académico se desarrolló los días 28 y 29 de mayo, y fue organizado por la Universidad Veracruzana (UV) –a través del cuerpo académico (CA) Filosofía y Educación en Arquitectura y Construcción de la Facultad de Arquitectura– y la Universidad de San Carlos (USAC) de Guatemala.
Las tres temáticas del foro fueron: Educación superior; Tecnologías de la información y comunicación (TIC); y Hábitat. Se realizaron siete ponencias en el primer día y nueve en el segundo, por parte de académicos y estudiantes de México, España, Guatemala, Italia y Chile.
El segundo y último día de exposiciones inició con Karim Chew Gutiérrez, de la USAC, con el tema “¿Y ahora qué pasó con el aprender?”, donde habló de que “se han roto mitos y derribado muros”. Como parte de su ponencia, citó que hay población estudiantil que ha admitido desconocimiento de las tecnologías para el aprendizaje; por otro lado, el profesorado que se resistía al uso de la virtualidad ha tenido que adaptarse a ésta, pues es la única modalidad que permite el proceso de enseñanza-aprendizaje durante esta pandemia.
Enseguida participó Mario Ramírez, también de la USAC, con el tema “El oficio del investigador educativo en tiempos del Covid”; Carlos Rivera Gómez, de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Sevilla, España, con “Más allá del PowerPoint”, quien brindó un panorama de cómo se ha desarrollado la educación en aquellas latitudes.
El académico español citó varias aristas, como la oportunidad que brinda la pandemia de mejorar la educación virtual, que se requieren métodos y criterios específicos, sesiones cortas que logren la atención del estudiantado, sin perder de vista que la presencialidad es importante.
Francisco Salinas, de la Universidad Católica de Ávila, España, habló de “Educación virtual en la Universidad Católica”; mientras María Bouguinskaya Salazar y Sandra Castañeda, de la USAC, expusieron “Impacto del uso de las TIC”.
Entre sus comentarios, citaron las repercusiones que han identificado entre la comunidad universitaria, sobre todo en la salud mental, pero también en el ámbito social, pues no descartaron deserción de estudiantes, al no tener acceso a la tecnología que se requiere para una educación en línea.
Enseguida, José Antonio Ochoa Acosta de la UV, habló de “Arquitectura en tiempos post-Covid-19”, y si bien centró sus comentarios en la necesidad de readecuar espacios, pues “hay viviendas que no se hacen para vivir sino para pernoctar”, al igual que sus homólogas de Guatemala, habló de la evidente dificultad que hay para seguir las clases en línea –con base en testimonios de algunos de sus estudiantes.
Las siguientes presentaciones fueron del académico de la UV, Ce Tochtli Méndez Ramírez, así como del estudiante de posgrado Eduardo Ávila Rivera, también por parte de esta casa de estudios. El primero habló de “Riesgo de la clase de Topografía en un ambiente virtual ante la contingencia de Covid-19”, mientras el segundo hizo lo propio con “Tendencias de la habitación en la vivienda durante el confinamiento”.
Pero mientras los académicos españoles compartieron las perspectivas que ven de la enseñanza en la modalidad virtual, el estudiante de la USAC, Andrés Lux, con cuya ponencia concluyó el foro, planteó un panorama totalmente contrario.
Con el tema “Educación virtual, una brecha exclusiva”, planteó la posibilidad de que se reduzca la población estudiantil en su universidad, dada la limitación de acceso a Internet que hay en su país.
Más aún, dijo que hay riesgo de que se reduzca el número de profesionales en Guatemala, como uno de los daños colaterales de la pandemia.
Habló de las propuestas que han planteado a sus autoridades universitarias, como la creación de una comunidad virtual, así como pregrabar clases y prefechar sesiones, y circularlas por WhatsApp, Messenger o Facebook, para dar margen al estudiantado de poder atender las encomiendas académicas y continuar sus estudios.
Por: Karina de la Paz Reyes Díaz