«Durante la reclusión- si tenemos el privilegio de poder trabajar desde casa- es posible que por momentos nos sintamos tristones, es posible también que durante algunas horas nos comportemos como un verdadero depresivo, pero generalmente al cabo de un tiempo razonable comenzamos a reaccionar y somos capaces de deshacernos de estos sentimientos de desesperanza por complicada que veamos nuestra realidad y nuestro futuro». Es parte de lo que escribe en «El Economista» la comunicadora y psicóloga Tere Vale, quien fuera esposa del ex-titular de la SEP, Miguel González Avelar, fallecido en 1911. Foto de Ruiz Ealy Times».