«Hace 2 mil 500 años, los caballos y los gritos llevaban noticias y mensajes a las lejanías. Ciro el Grande, hijo de la casa de los Aqueménidas, príncipe de Anzán, rey de Persia, había organizado un sistema de correos que funcionaba día y noche, mediante relevos sucesivos de los mejores jinetes de la caballería persa. El servicio expreso, más caro, trabajaba a gritos, De voz en voz, las palabras atravesaban las montañas». Lo escribe Eduardo Galeano en su libro «Espejos».. Foto de «timetoast».