A partir del cierre de librerías, la venta de libros disminuyó en 200 mil ejemplares a la semana y continúa a la baja, informó el presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana, Juan Luis Arzoz Arbide.
Dijo que si bien hay un cierto repunte de compras por vía electrónica, el que no se haya considerado a la industria editorial para la reapertura gradual, mantiene cerrado el flujo primordial de la cadena de la cual depende el libro. La recuperación de la inversión inicia con el registro en caja, agregó.
Arzoz Arbide explicó, durante el foro virtual «Retribución a la creatividad y derechos de autor: la copia privada», que hasta la semana 10 de este año, del 2 al 8 de marzo el mercado editorial vivía un año positivo con un incremento de 2.4 por ciento de facturación y 5.1 en unidades.
No obstante, la siguiente semana -cuando se definió el confinamiento- se registró una caída de casi 70 por ciento de facturación, y que del 6 al 12 de abril, cuando se registró el cierre de todos los puntos de venta, la caída de ventas fue de aproximadamente dos terceras partes.
“Estamos conscientes de que esto es un tiempo difícil para todos, pero lo malo también se acaba. Vamos a resurgir y repuntar, expresó en el foro convocado por la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados.
Refirió que de 2008 a 2018, la literatura infantil y juvenil aumentó en venta 15.9 millones de ejemplares, un crecimiento sustentado, y señaló que para incrementar la compra de libros, las editoriales aplicaron un programa de comercio electrónico, con 70 sitios en México.
“La industria editorial es parte fundamental de la cultura y si no la protegemos y, mejor aún, la impulsamos, pronto estaremos sumidos en una crisis no solo económica, sino tecnológica, cultural, científica y médica, en fin podríamos concebirnos como autómatas de la sociedad en la que viviremos”, expuso.
Foto Luis Castillo / Archivo