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Universidad Veracruzana

Por ser del gusto de sus padres, Irene del Carmen Cabezas Fernández desde niña escuchaba música clásica en la radio y asistía a los conciertos de la Orquesta Sinfónica de Xalapa (OSX), ahí se encantó con el violín, su fiel compañero hasta la fecha, y recientemente se graduó con Mención Honorífica de la Maestría en Pedagogía de las Artes, adscrita a la Facultad de Danza de la Universidad Veracruzana (UV). 

Me interesé por la música gracias a mis padres que ponían la radio y me llevaban a conciertos de la OSX. Ahí conocí el violín y me encantó que siempre tocaban todos juntos haciendo coreografía con los arcos”, rememoró en entrevista para Universo. 

La joven, de 30 años de edad, aclaró enseguida que para nada proviene de una familia cuya profesión sea la música, pero sus papás aman la música”. Por tal motivo, su mamá ideó que tanto su hermana, Ana Lilia –que a la fecha es guitarrista– y ella, asistieran al Centro de Iniciación Musical Infantil (CIMI) de la UV. 

El encanto continuó y ambas siguieron su carrera profesional en esta bella arte inscribiéndose a la Facultad de Música, también de esta casa de estudiosAhí fue donde me decidí también a ser maestra, profesión que me atrajo desde niña” añadió gustosa. 

Irene del Carmen, originaria de Xalapa, dice estar orgullosa de ser parte de la UV desde los ocho años de edad, cuando inició su formación musical en el CIMIPosteriormente, reali las licenciaturas en Música, opción Violín, y Educación Musical, ambas en la Facultad mencionada. 

Ha trabajado como maestra de violín en los Talleres de Música de Difusión Cultural de la UV, e impartido la tutoría para la apreciación artística Creatividad A.M, también en esta institución. 

El logro académico más reciente de Irene del Carmen fue el 23 de junio, cuando presentó de manera virtual su examen de grado de la Maestría en Pedagogía de las Artes, con el cual resultó aprobada y con Mención Honorífica. 

Lo que la motivó a ingresar a la Maestría en Pedagogía de las Artes fue la propuesta de una profesionalización de su labor como maestra de violín y violinista en un entorno multidisciplinario, donde interactúan artistas de todas las disciplinas: danza, fotografía, teatro, artes plásticas, y por supuesto música y educación musical. 

La tesis con la que se graduó del posgrado se titula Estilos inteligentes, una propuesta didáctica para promover el aprendizaje significativo y desarrollo humano en la enseñanza del violín. Ahí, propone la utilización de los test de inteligencias múltiples de Howard Gardner y los estilos de aprendizaje de Honey-Alonso. 

Ello con la finalidad de valorar las cualidades de los estudiantes y que el maestro pueda aprovecharlas, mediante el diseño integral de experiencias de aprendizaje que propicien la sana convivencia y bienestar de maestroestudiante en la clase de violín. 

Mi experiencia en esta maestría fue sumamente enriquecedora al poder reflexionar sobre la labor formativa del maestro de artes desde un enfoque integral y humanista, que aporte ideas creativas, positivas e innovadoras para la evolución de los procesos de enseñanzaaprendizaje y la consciencia empática entre maestro y estudiante.” 

Al preguntarle de qué le sirve a una sociedad la pedagogía de las artes en tiempos de contingencia sanitaria por la Covid-19su respuesta fue enfática: “Nos ayuda a valorar las cualidades humanas que nos permiten adaptarnos a estas nuevas situaciones de aprendizaje. Estamos echando mano de la experiencia cotidiana de cada uno de los estudiantes para desarrollar la imaginación, criticidad y autonomía que les permita aprender en y de la pandemia. 

Estamos encontrando estrategias para unir aún más la tecnología con la pedagogía, uniendo personas a pesar de la distancia con propósitos de crecimiento integral: físico, emocional e intelectual.” 

A propósito de estos tiempos, en que la virtualidad ha permitido continuar o concretar actividades aún bajo resguardo domiciliario, la joven violinista resaltó lo conmovedor que resultó para ella haber realizado su examen de grado en línea. 

“Fue la oportunidad de compartir ese momento tan trascendente para mi crecimiento profesional con mis familiares y amigos que se enlazaron desde Panamá, Holanda y diferentes partes de la república como Ciudad del Carmen, Campeche, y Chihuahua, algo que no habría sido posible si mi examen hubiera sido presencial. 

Para concluir, Irene del Carmen aprovechó la ocasión para agradecer a la plantilla docente que imparte la maestría, a los implicados en la realización y revisión de su tesis, así como al jurado. Igualmente, a las autoridades universitarias, por su disposición y facilidades para realizar en línea el examen de grado.

Por: Karina de la Paz Reyes Díaz