Su nombre dio nombre a la profesión. Galeno empezó curando las heridas de los gladiadores y terminó siendo médico del emperador Marco Aurelio. Descubrió o describió centenares de dolencias y curaciones, y probando remedios comprobó: – No hay mejor remedio que la risa». Lo escribe Eduardo Galeano en «Espejos». Foto de «Psicotepareutas».