Voz en Libertad
Por: Paco Guisa
Liberalismo vs. Comunismo
Ante el evidente afán de revivir la vieja disputa ideológica entre Capitalismo y Socialismo, superada hace 30 años ya con el colapso de la URSS, la caída del Muro de Berlín y el fin de la “Guerra Fría”, acontecimientos que pusieron fin a la expansión del Comunismo por el mundo, se hace necesario recordar a las nuevas generaciones, hoy tan confundidas, qué postula cada una de ellas pues no conocieron el enfrentamiento entre estas 2 corrientes ideológicas ni saben algo al respecto porque nacieron después de que fue cerrado ese debate con el fracaso del Comunismo, y hoy, sin contemplar cómo es vivir bajo ese régimen, a pesar de los vivos y tangibles ejemplos de Cuba y Venezuela, se dejan seducir por los que buscan “revivirlo”, escuchando los mismos argumentos de igualdad y reparto equitativo del trabajo, de los medios de producción y de los bienes de consumo que, siendo tan atractivos y concordantes con la rebeldía natural de la juventud, cautivaron a toda una generación en los años 60s. del siglo pasado, Reyes Heroles decía en los 70s. : “Ser joven y no ser Revolucionario es una contradicción”, lo cual aplica también para esta generación.
Veamos, los Neo-comunistas, que así identificaré en este análisis a los inventores, promotores y financiadores del Socialismo del Siglo XXI, primera etapa hacia el comunismo, representados por las dictaduras Cubana y Venezolana, junto con la, en ese entonces, incipiente dictadura brasileña de Lula (cortada con el triunfo de Bolsonaro), la Argentina de los Kirchner (apaciguada por Macri), la Boliviana de Evo (frenada por su pueblo), y la Nicaragüense de Ortega, acordaron en la cumbre, conocida como “Foro de Sao Paulo”, convocada por Lula, trabajar en conjunto para instaurar el Comunismo en América Latina en principio, para de ahí, cumplir el sueño de todo comunista que se precie de serlo de imponerlo al resto del mundo, todo ello ante la desaparición de la URSS y con ello de la fuente de financiamiento para su expansión, detenida abruptamente con la derrota de esta corriente a finales de los 80s y principios de los 90s. como lo reseñaba al inicio. De ahí el uso, insisto, de la denominación “Neo- Comunistas”.
Para un mejor entendimiento de ambas corrientes, es relevante reconocer que tanto el Comunismo como el Liberalismo nunca han sido establecidos completamente ni logrado plenamente sus fines en ningún país del mundo pues aunque USA y la antigua URSS aparentan ser los ejemplos perfectos de cada una, en el caso de la URSS la colectivización de los medios de producción y la “dictadura del proletariado” que esta corriente instauró, dio como resultado el surgimiento de una élite gobernante que ejerció un liderazgo absolutista y tirano que, aprovechándose de la fuerza laboral de su pueblo, se enriqueció llevando a sus líderes a vivir como Reyes, mientras el pueblo se fue hundiendo paulatinamente en la más absoluta miseria llegando a pasar largos períodos de hambruna que, al final, llevaron al colapso a la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas creada por los líderes históricos del comunismo como Lénin, Trotsky y Stalin, “Balcanizándose” en un corto tiempo para dar lugar al nacimiento o renacimiento de nuevos países que se separaron de la hegemonía Soviética y del Comunismo, tanto como la propia Rusia que hoy, al igual que China, se encuentra en un franco camino hacia el capitalismo, mientras que en la misma Cuba se ha moderado la dictadura, suavizando las restricciones y por primera vez en más de 50 años, mantiene acercamiento y comunicación con USA.
A mi parecer, solo hubo un periodo de la humanidad en que se practicó el comunismo, aunque no se trataba de una corriente política ni de pensamiento siquiera, sino de una costumbre adquirida por la naciente raza humana, y esto se dio previo al surgimiento de la civilización cuando el Homo hábilis y los Neandertales aún eran nómadas y vivían en pequeños grupos familiares o clanes que se dividían el trabajo y mientras los machos salían de las cuevas a cazar, las hembras lo hacían para recolectar frutos y semillas que les servían de alimento y luego lo juntaban, y todos disfrutaban por igual de las piezas logradas y de los frutos recolectados y no había liderazgo que se impusiera ante los demás para abusar de su poder y quedarse con más.
El capitalismo o liberalismo, por su lado, tampoco se ha instaurado en ningún país como Adam Smith, el Padre de la Economía lo imaginó, un Sistema donde el mercado se auto-regula libremente para dar a cada quién lo que le corresponde de acuerdo con el esfuerzo o trabajo realizado, ya sea trabajo físico o intelectual, donde el Estado no interviene absolutamente para nada en la economía y es el mercado el que distribuye la riqueza, dándole a todo, productos, fuerza laboral e incluso ideas, un valor en el mercado regido por la Ley de la oferta y la demanda, que respeta los principios y derechos de propiedad, de libertad de emprender, de pensar libremente y de libertad para que cada quien pueda dedicarse a la actividad que mejor le convenga y mejores dividendos le reporte y sorprendentemente el ahorro sobre el consumo a partir del inventado por la izquierda “Neoliberalismo”, porque ninguna Escuela de pensamiento económico lo reconoce ni asume su creación; Ideas plasmadas desde la Declaración de Independencia por los Padres Fundadores de USA, que ampara todo género de libertades y derechos, como el Derecho a la vida, a la salud y a la libertad. Sin embargo, esta corriente también adolece de perfección pues cuando interviene el temperamento ambicioso del ser humano, no podríamos decir primitivo pues, como se ha dicho, el hombre primitivo no conocía el concepto de propiedad, el mercado no puede evitar los abusos tanto en el acaparamiento de bienes y tierras, como en la explotación del hombre por el hombre, traducida en esclavitud, ya sea física y privativa de la libertad o a través de salarios y tareas propias del esclavismo, de ahí la importancia del Derecho y de la Declaración de los Derechos Humanos que viene desde la Revolución Francesa.
Pero volviendo a la Pre-Historia, cuando el hombre se hizo sedentario surgió el concepto de propiedad y de comercio como consecuencia del intercambio de bienes y productos con otras tribus o clanes, y con ello la especialización pues ya no todos los hombres salían a cazar y algunos se quedaban a curtir las pieles para confeccionar la ropa y, cuando descubrieron la agricultura, a cultivar la tierra, a construir las herramientas y las viviendas, así como a criar el ganado. Mientras las mujeres cocinaban y cuidaban a los hijos. Surgió también la necesidad de establecer normas de convivencia, medios no violentos para dirimir los conflictos y liderazgos que impartieran justicia, recayendo esto último regularmente en los ancianos, en conclusión, nació la civilización, el derecho y las instituciones o Gobierno.
Siendo el liberalismo moderno la misma corriente de pensamiento que viene desde el liberalismo clásico de Adam Smith y David Ricardo, que, salvo una etapa de decadencia, cuando estuvo a punto de colapsar con la Gran Depresión de 1929, no murió y solo evolucionó hasta nuestros días con los mismos principios, solo más rígidos quizá, con el nuevo impulso que le imprimió el Consenso de Washington, así como Reagan y Tatcher, resulta impreciso nombrarlo Neoliberalismo pues hablamos del mismo Liberalismo de siempre. Lo que no podemos decir del comunismo pues, muerto y enterrado en los años 80s., la pretensión de volverlo a la vida lo convierte en un Neo-Comunismo o, dramatizando un poco, en el hijo de un Frankenstein moderno.
Yo, por mi parte, siempre he sido de Centro, y si me buscan tantito, de Centro Izquierda, porque reconozco las bondades de un Sistema que respete toda clase de libertades: de pensar, de crear, de emprender, de comerciar, de vivir de acuerdo con tus preferencias y convicciones y de educar a tus hijos conforme a tus propios valores. Y a riesgo de sonar ambivalente o bipolar también soy partidario de políticas en favor de los que menos tienen, como el Medicare y el Seguro de desempleo, que siendo políticas de corte socialista, paradójicamente se aplican en USA, el país que es símbolo del capitalismo por excelencia, así como de las políticas de bonos educativos de los países nórdicos, las que siendo de corte socialista, no forzosamente conducen al comunismo.
Finalmente, si después de analizar todas sus complejidades, desviaciones y consecuencias que la ambición y comportamiento del hombre puede traer en cada caso, uno opta por creer en o respaldar una u otra corriente en disputa, es una muy respetable decisión, pero siempre es importante hacerlo con información y con conocimiento de causa sabiendo qué clase de país deseamos para nuestros hijos. De ahí la importancia de investigar, escuchar opiniones y decidir con responsabilidad hacia dónde queremos transitar.