Historia de la Liga Invernal Veracruzana
14 octubre, 2018 LMB Comente 575 Vistas

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Harmon Killebrew.
Por Cesáreo Suárez Naranjo

La ciudad de Córdoba, ese hermoso rincón del estado de Veracruz (con olor a café y a gardenias), fue una de las dos plazas más constantes en este circuito (la otra, Jalapa), cuando se jugaba en aquel parque antigüito, el Ruperto S. García, y su dueño era don Lázaro Penagos.

Este hombre, con un carácter muy fuerte, amaba el beisbol, y conocía a fondo todos sus aspectos. Más, por una razón u otra, nunca se le dieron las cosas (si acaso el título del verano de 1939; pero eso es otra cosa).

En esta ocasión, temporada 1955/56, llevaron a cabo un convenio con la organización de los Senadores de Washington. Pero la gente que enviaron o estaba todavía muy tierna (como sucedió incluso con “uno” que, años más tarde, se convirtió en uno de los mejores jugadores de las Ligas Mayores; de él luego hablamos); o -decíamos – gente que no era para jugar, nunca, en una pelota de buen nivel.

Veamos, en cuanto lo anterior, lo que escribió Rafael Reyes Nájera en aquella ya histórica “Guía”: “…aunque Córdoba hizo pacto con los Senadores, estuvo muy lejos entrar a la pelea por el título”; (¡bastante, digo yo, pues quedó 27 juegos atrás!); continúa el Kid: “…en su nómina de extranjeros aparecieron hombres, en su mayoría de clasificación inferior al nivel que se viene jugando en la LIV. No tenía caso que trajeran a tipos que, en lo que respecta a su calidad, están muy por debajo de muchos nacionales que NO cobran el dólares…”.

Lamentablemente así fue; ¿cómo iba adivinar Kid Alto, y los demás expertos que hacían las crónicas de la liga – y también nosotros los aficionados – que entre ese “montón” que les enviaron, venía ese jugador, al que nos referimos?

Penagos le dio el timón a un tipo que por voluntad no quedaba, pero que ya había envejecido como pelotero activo. Ese fue Pedro Gómez, más conocido como “Preston”. Y el “jefe máximo” de los Cafeteros trató de “arroparlo”, según él, con jugadores de categoría. Pero le falló “el tiro”, por las razones antes dichas. Además que – según nos dice Tommy Morales – las relaciones entre Penagos y Preston llegaron a “agriarse” demasiado. Podemos imaginar que por estas razones, arrastraron la cobija y fueron a parar al sótano.

Veamos el plantel, comenzando con los receptores Tomás Martell (6 jonrones, 36 producidas, y .298); Mario Flores y, más tarde, el Bimbo Villegas, quien les llegó del México (¡como que estuvieron “sobrados” en esta posición!).

Los monticulistas Joe Tully Martínez (México norteamericano, quien ya había jugado con algunos equipos de la Costa) terminó con 4-7; el “gringuito” John Carmichael (3-7); el cubano Rafael Rivas no fue el mismo que en temporadas anteriores, cuando llegó a ser incluso “el caballito de batalla” y terminó con 3-7; su paisano Antonio “Chicuelo” García (5-6 y cinco juegos completos); los mexicanos José “Chino” Ibarra (1-2); Mauro Contreras (4-3); Marte de Alejandro (1-0); Humberto “Bruja” Peña (1-4); y, finalmente, Eleuterio Reyes (3-5, y tres juegos completos). Agregamos al “Pachuco” Enrique Leduc (sin que sepamos cual fue su actuación).

El cuadro contaba con Roberto “Pirto” Canales, y el ya muy veterano Zenón Ochoa, en sus últimas temporadas en activo. El resto estaba compuesto por Humberto “Pajarito” Guerrero (bateando para .310, 7 jonrones y 39 producidas); Manuel “Chamaco” Juárez, Ramón Mendoza, Tomás Pérez, y Alfonso “Choriza” Zárate.

Jaime “Loco” Abad.
Y en las “praderas” el infaltable “Jaime “Loco” Abad – foto – (.310); Rosendo “Lolis” del Río, Mario Luna, Leopoldo “Gata” Padilla y Andrés Tanaka.

En una foto que José Antonio Villegas M., hijo del Bimbo, subió al facebook, donde está el equipo cordobés junto con el Aztecas en la inauguración de esa temporada también aparecen Pedro Comas, y los norteamericanos Richard Long, sin que sepamos qué hicieron.

Hablábamos – líneas arriba – de uno de los jugadores que les enviaron los Senadores de Washington para que madurase; y, si, era un chico bastante “tierno” en el sentido de que aún le “faltaba” (aunque ya le habían dado “chance” con el equipo grande), del cual vale la pena ver de quien se trata; y que hizo ese invierno. Pues se trata, nada menos, que de Harmon Killebrew – foto. Y aquí no hizo mucho; es decir: nada de que asombrarse, pues apareció en únicamente 17 juegos, conectando 18 hits, de los cuales 5 fueron dobles, 2 triples y 2 jonrones, con 11 carreras producidas y un promedio de apenas .269. Pero, ya sabemos la historia, y para cuando se retiró de las Ligas Mayores, había conectado una buena cantidad de cuadrangulares: 573.

Por otra parte, don Lázaro Penagos ya “chocheaba”, y tomó una actitud dictatorial (¡al mismo estilo de Pasquel o de Peralta…¡oigan!, ¿se fijan que esos tres apellidos comienzan con “P”?) y la agarró con Preston a quien – según Tomás Morales – quería “mangonear”. Dice Tommy que Penagos tenía su palco junto (¡pero muy junto!) al dugout de los Cafeteros, y que mandó a hacer una ventanita con el fin – ex profeso – de darle, por ahí, órdenes a su manager en turno. Pero Preston tenía dignidad (la que debe tener cualquier manejador), y mandaba a su patrón “a volar”.

En nuestro siguiente hablaremos un poco acerca de los juegos que se celebraron entre las dos ligas: la de la Costa y la Invernal Veracruzana. Estos fueron los de “Estrellas”, durante el curso de la temporada, y la serie final, para dilucidar al “Campeón de Campeones”.