Entre 10% y 15 % de las instituciones privadas de educación superior prevén cerrar sus puertas; mientras que no se descarta que miles de estudiantes abandonen sus estudio
Las universidades privadas han implementado diferentes alternativas para que los estudiantes continúen sus estudios durante la epidemia; sin embargo, reconocen que muchos estudiantes no podrán seguir su formación académica.
Las universidades privadas prevén una reducción de su matrícula de entre 10 y hasta 30 por ciento para el próximo ciclo escolar a causa de la pandemia de covid-19.
Inclusive, entre un 10 y 15 por ciento de las instituciones de educación superior privadas en el país están en riesgo de no soportar la crisis y deberán cerrar sus puertas, estimó José Antonio Llergo Victoria, secretario general de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), quien advierte que la crisis tendrá un efecto en las aspiraciones y posibilidades de algunos jóvenes para seguir estudiando en la instituciones de educación superior privadas o para iniciar su formación en éstas.
A nivel nacional, la matrícula de universidades privadas representa casi 40 por ciento de la matrícula de la educación superior. La implicación en porcentaje es muy alta. Si de este 40 por ciento, un 10 por ciento o un 20 o un 30 por ciento no puede continuar sus estudios en una universidad privada, muchos buscarán la alternativa de la educación pública, un primer problema que tendríamos que enfrentar como sociedad es que la oferta pública también es limitada por los espacios que ofrecen estas universidades”, expuso.
A nivel nacional, según la última cifra disponible, un millón 655 mil estudiantes están inscritos en instituciones y universidades privadas. La Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior (FIMPES) agrupa a 111 instituciones de educación superior con una matrícula de alrededor de 750 mil alumnos, el resto se distribuye entre unas dos mil 710 instituciones más.
Somos un sector muy heterogéneo en México (las universidades privadas), hay un sinnúmero de posibilidades y una gran oferta educativa y esto le permite a los jóvenes y a sus padres tomar diferentes decisiones, de acuerdo a sus posibilidades y también aspiracionalmente a sus gustos y preferencias.
En este marco, la pandemia indudablemente ha tenido un efecto en estas aspiraciones y posibilidades de los estudiantes, en algunos casos, pues se han tomado decisiones en familia respecto a la continuidad o no en este periodo escolar que viene sobre sus estudios”, dijo Llergo Victoria, el secretario general de la UPAEP, que pertenece a la FIMPES.
La Universidad La Salle, por ejemplo, que tiene una matrícula de 12 mil estudiantes, estima que para el próximo ciclo escolar entre cinco y 10 por ciento de sus alumnos puedan tener dificultades para pagar sus colegiaturas, aún con los apoyos ofrecidos por la institución, entre los que se encuentran el hecho de no incrementar sus cuotas para el siguiente ciclo escolar.
Es una situación inédita. Nunca habíamos vivido esto en esta dimensión. Sí prevemos una disminución en el caso de nuestros alumnos de nuevo ingreso, pero también pensamos que podemos captar a una parte de esos estudiantes que no podrían tener acceso a universidades que son de igual prestigio como nosotros, pero que son bastante más caras”, señaló Alejandro Torres González, director de administración de la Universidad de La Salle.
En tanto, la Universidad Iberoamericana ha hecho una proyección de que su matrícula de nuevo ingreso, que cada semestre de otoño es de alrededor de mil 800 nuevos estudiantes, puede disminuir entre un 20 y un 25 por ciento.
Estamos haciendo todos los esfuerzos posibles para que esto no suceda, aunque cabe señalar que esta situación es particularmente compleja, porque no sólo responde a un tema económico, sino también a una decisión muy familiar y muy personal de cada uno de los estudiantes de si quieren o no quieren iniciar un semestre a distancia, que eso ha sido la principal cuestión o la principal preocupación que nos han externado, que dicen: ‘cómo voy a empezar mi carrera a distancia, yo quiero empezar mi carrera en el aula, con todos los servicios que me ofrece la universidad’”, explicó Carlos Valle, director de Comunicación Institucional de la Ibero.
En este contexto, Alma Maldonado, especialista en educación superior, planteó que si bien es posible esperar que algunos estudiantes migren de unas instituciones más o menos consolidadas a unas más baratas o a la universidad pública, la otra posibilidad es que deserten o interrumpan sus estudios, “lo cual también es un panorama terrible”.
Aquí vemos dos fenómenos. Por un lado, los estudiantes que no puedan seguir inscritos en este nivel, y por otro lado, los que no quieran pagar lo suficiente, que también creo que va a ser un fenómeno que va a existir, sobre todo por el tema de que ahora las clases van a ser en línea por un tiempo, no sabemos cuánto”, indicó.
Ante ello, consideró que habría que pensar en algunos tipos de programas o alianzas para los estudiantes en riesgo de abandonar sus estudios universitarios o de ni siquiera poder iniciarlos como consecuencia de la pandemia.
Hoy no sabemos quiénes no van a regresar al siguiente ciclo, entre los que no puedan pagar, o los estudiantes que decidan tomarse un año, por ejemplo, y entonces cuando tu interrumpes una trayectoria escolar pues siempre tienes ese riesgo de interrumpirla y de no volver”, alertó la especialista en educación superior.
“ME PEGA Y ME FRUSTRA”
A sus 22 años, Ángel deberá dejar la universidad, forzado por la crisis económica que golpeó a su familia a causa de la pandemia de covid-19.
El joven, que sueña con convertirse en fotoperiodista, está agobiado porque sus papás no sólo ya no podrán pagar la colegiatura de la institución privada donde cursaría el séptimo semestre, sino porque incluso él tendrá que ponerse a trabajar de tiempo completo para sacar a flote la economía familiar.
Ha sido muy complicado para mí, tanto ver a mi familia sufrir y a mí me repercute emocionalmente cargar con la responsabilidad de que tal vez yo tenga que ayudar en los montos de la casa o para sobrevivir tal vez.
Sí me pega bastante y me frustra. Siento tristeza, preocupación también por mi futuro como tal, me pega en lo sentimental de no seguir con mis estudios y ver a mis papás preocupados, yo preferiría a veces mejor ayudarlos, tal vez sí poder parar (temporalmente), pero quién podría asegurar que podría retomar mis estudios, viendo la situación económica como estamos, híjole, pues sí me preocupa bastante y cada noche digo, ‘chale, qué puede pasar, lo hago o no lo hago’, entonces sí está medio difícil”, contó.
Hace tres años, Ángel comenzó sus estudios universitarios en la Universidad de la Comunicación. La bonanza económica de entonces le permitió a su familia solventar el pago de la institución privada, pero tras un vuelco en la situación profesional de su papá tuvieron que ajustar el bolsillo. Aun así, con una beca del 20 por ciento pudo continuar estudiando, hasta que la pandemia llegó.
Ya hemos tenido esta plática y obviamente se han conjugado muchas cosas, tanto las emociones de mi madre, que se pone al llanto de que ya no pueda yo continuar y siendo yo como hombre de la casa, pues mi papá me dice que por el momento tal vez sea lo mejor que yo me dedique a trabajar con él.
Son muchísimas cosas. Para empezar el sentimiento de estar encerrado, la segunda es tener contacto, o bueno, familiares que ya han tenido la situación de estar con esto del covid-19, y luego aparte esa inquietud del monto económico, si para los adultos es muy complicado esto, para los jóvenes también repercute en nosotros, en nuestras emociones y yo ya lo puedo hablar por mí y sí está muy cabrón esto”, expresó.
Ángel platica que así como el covid-19 preocupa a los adultos, a los jóvenes también les afecta emocionalmente. Foto: Especial
Con inquietud e incertidumbre, Ángel espera todavía encontrar la solución para no tener que dejar sus estudios, que tanto le gustan, en la Universidad de la Comunicación y continuar su camino para ser un fotoperiodista.
Hoy en día, lo que más importa es tener preparación, tener una educación como tal, a la juventud mexicana le hace mucha falta la educación, junto con los valores, y que tengamos que cortar esa posibilidad por ya no tener un sustento económico, que tu familia ya no te pueda apoyar pues, sí está medio pesado.
Yo les diría a quienes sí tienen esa posibilidad que es muy satisfactorio contar con una educación y está muy chido, o sea, que estudien lo que más les gusta”, expresó Ángel.
Foto de Quetzalli González..