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Fuente:
Arquidiócesis de Xalapa

El 24 de agosto, conforme a las indicaciones de las autoridades educativas, INICIA
EL CICLO ESCOLAR 2020-2021 A DISTANCIA por no existir las condiciones para
llevarlo a cabo de modo presencial.
El gobierno federal logró un acuerdo con varias televisoras (Televisa, TV Azteca,
Imagen Y Milenio) para ofrecer el servicio a más de 30 millones de estudiantes. Se
anunció además que también se echará mano de la radio en comunidades
indígenas. Las transmisiones tendrán valor oficial y las evaluaciones se llevarán a
cabo en su momento.
El gran desafío es que todos los niños y jóvenes de nuestro país tengan acceso a
la escuela, permanezcan en ella y logren los objetivos de planes y programas.
Realmente se trata de un reto mayúsculo ya que antes de la crisis sanitaria del
COVID 19, los porcentajes de niños, adolescentes y jóvenes que lograban ingresar
a la escuela no era el mismo que el que permanecía hasta el final.
La educación es una tarea fundamental en la sociedad. No se puede limitar la
tarea de la educación sólo a formar personas para que entren a la economía de
mercado. Se requiere además formar el sentido social y trascendente de las
personas para superar el individualismo y una visión sólo horizontal de la vida. “Se
trata de ayudar a encontrar la razón de ser de la propia persona, el sentido de la
vida y la integración en una sociedad con sentido fraterno y justo, con ideales para
la superación de cada uno y de la sociedad humana en su conjunto (…) La gran
crisis de la educación actual se manifiesta en la falta de ideales de muchos
jóvenes, en el cansancio que muestran hacia una cultura vacía, marcada por el
déficit de esperanza y de futuro” (Cfr. Educar Para una Nueva Sociedad. CEM
2012)
Somos testigos de los esfuerzos que en estos meses de la Pandemia, han hecho
los padres de familia, maestros y directivos de escuelas públicas y privadas. Han
sacado adelante a sus hijos y a sus alumnos, con compromiso y creatividad.
Ciertamente se necesita una política educativa de estado que beneficie a todos y
que favorezca más el diálogo y la escucha entre los diversos actores. Hay
experiencias exitosas que también deben tenerse en cuenta.
En este sentido, no sólo el gobierno, también “las asociaciones de escuelas y
padres de familia, los investigadores y académicos de la educación, sindicatos y
gremios magisteriales, así como la sociedad civil, iglesias, empresarios y todo los
sectores en general, debemos voltear a cada escuela, reconociendo en todas ellas
un bien público al que tenemos que promover y apoyar corresponsablemente”
(Frente a la dificultad de educar en este tiempo de pandemia, Mensaje de los
Obispos de México del 3 de agosto de 2020).
Observamos con preocupación que sean sólo las televisoras las que difundan los
contenidos educativos. Eso empobrecería enormemente el proceso educativo en
nuestro país. La televisión no favorece la interacción ni la complementación que
debe darse entre alumno y profesor. La televisión sólo emite mensajes y no
permite el diálogo entre profesor y alumno además de que proyecta un contenido
uniforme para todos. No todos los alumnos se encuentran en las mismas
circunstancias, ni poseen las mismas habilidades. En este sentido sería mejor
utilizar las plataformas digitales para favorecer la interacción.
Si a este problema agregamos la tendencia y manejo ideológico de la educación
que se ha estado echando a andar a través de programas de gobierno y de
algunas iniciativas en congresos locales, el asunto se pone más delicado. Pues no
solo se empobrecerá el proceso educativo sino se puede caer además en un
adoctrinamiento tendencioso que pervierta a las nuevas generaciones.
Estamos ante algo completamente nuevo donde tendremos que aprender a
adaptarnos para salir adelante frente a esta situación. Los padres de familia deben
poner mucho empeño en la tarea primordial que tienen de educar a sus hijos y por
lo mismo a estar atentos en los contenidos que se transmitan; ciertamente muchos
padres de familia se enfrentarán con problemas técnicos y de servicios.
La tarea educativa debe ser un esfuerzo conjunto de varios sectores, de ahí la
necesidad de un pacto educativo donde se escuchen e intervengan diferentes
voces, para que este desafío que empezará este 24 de agosto, lo podamos
enfrentar los diferentes sectores de la sociedad: los padres de familia, las
autoridades académicas, los investigadores, los maestros, los gremios educativos,
la sociedad civil y las iglesias.
Pbro. José Manuel Suazo Reyes
Director
Oficina Comunicación Social
Arquidiócesis de Xalapa.