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Universidad Veracruzana

  • Tele UV y la Maestría en Historia Contemporánea realizaron el Webinario “Pandemias y humanidad: un binomio indisoluble” .

 

Tele UV y Maestría en Historia Contemporánea organizaron el Webinario “Pandemias y humanidad: un binomio indisoluble”.

 

Paola Cortés Pérez .

 Carmen Blázquez Domínguez, investigadora adscrita al Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) de la Universidad Veracruzana (UV), dijo que desde que el hombre apareció en la tierra ha estado acompañado de virus y bacterias que han provocado epidemias con serios efectos, al participar en el Webinario “Pandemias y humanidad: un binomio indisoluble”. 

El evento fue organizado por el cuerpo académico (CA) Estudios Históricos de la Región Golfo. Siglos XIX y XX, de la Maestría en Historia Contemporánea, y Televisión Universitaria (Tele UV); se realizó el jueves 3 de septiembre a través de la plataforma Zoom y se transmitió en vivo por Tele UV en su perfil de Facebook. 

Participaron también Silvia Méndez Main, del IIH-S; Gerardo Galindo Peláez, de la Facultad de Historia; Ricardo Teodoro Alejandrezacadémico UV, y José Ronzón León, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), moderados por Hubonor Ayala Flores, docente de la Facultad de Historia. 

Carmen Blázquez presentó el tema “Epidemias y pandemias a lo largo de la historia”, mencionó que el hombre siempre ha estado acompañado de bacterias y virus que provocan epidemias o pandemias con serias repercusiones económicas, sociales, políticas y ambientales, y al mismo tiempo ha impulsado el desarrollo científico. 

“Hay algunas conductas y consecuencias que guardan muchas similitudes con el tiempo entre unas y otras, se puede aprender mucho de cómo el hombre enfrenta estas situaciones. 

”Lo primero que pasa cuando aparece una pandemia es una reacción de miedo, de pánico; y en segundo lugar, la huida y la búsqueda de explicaciones (¿por qué pasa esto?¿qué lo provoca?, ¿cómo lo provoca?); la tercera situación, es la observación de la enfermedad para buscar una solución y cómo enfrenta la sociedad la pandemia (negación, religiosidad).” 

Asimismo, a lo largo de la historia no sólo se ven similitudes en las reaccionesen cómo se dan los contagios, el aislamiento (cuarentena, cordones sanitarios); de tal manera que se puede aprender cómo enfrentarlas, ya que se repiten y se presentan en oleadas. 

“Cuando vemos cronológicamente las epidemias que se han presentado a lo largo de la historia, nos preguntamos ¿qué hemos aprendido del pasado?” 

En tanto, Gerardo Galindo habló sobre la epidemia de cólera que afectó a buena parte del país en el siglo XIX, siendo Querétaro y la Ciudad de México las principales ciudades con mayor mortandad. 

Esta enfermedad, mencionó, ha estado presente en la humanidad, en diversos puntos del mundo. A México llegó en 1833, previo a una guerra civil e inestabilidad política, con graves consecuencias entre la población, ya que se contaba con escasos recursos médicos, de organización y económicos. 

De acuerdo con los registros, se piensa que la enfermedad pudo llegar de Estados Unidos al puerto de Tampico, para luego distribuirse por todo el territorio nacional. 

“Las constantes de la epidemia de cólera que vemos ahora son: la repartición de responsabilidades entre los gobiernos; es ligada a un castigo divino; hubo reacciones de xenofobia contra extranjeros al acusarlos de propagar la enfermedad; los rumores y el afán de lucro se hicieron presentes, como el invento de curas milagrosas, entre otras. 

 

La gripe española 

Silvia Méndez habló sobre la gripe española ocurrida en 1918la cual fue producto de la globalización. En este momento, el mundo estaba en guerra, en el último año de la Primera Guerra Mundial y/o conflictos internos, lo que impactó negativamente en la salud de la población. 

“Las economías de la mayoría de los países estaban enfocadas en la guerra y conflictos internos; las infraestructuras sanitarias estaban destruidas o afectadas; el personal médico estaba en las guerras, atendiendo a los heridos; había hambre y miseria.” 

Comentó que no debió llamarse gripe española sino influenza AH1N1, y se dio entre oleadas, la primera inició en abril de 1918 (pasó desapercibida) y para abril del siguiente año no se registraron enfermos. 

Pese que en España se dio una importante difusión de la enfermedad por los estragos que causó en la población, en México no se mencionó, fue inexistente, sólo eran relevantes los debates electorales, incluso en octubre de ese año los muertos se duplicaron la clase política fue ajena a lo sucedido en el país. 

“Se le llama madre de todas las pandemias porque ha sido una de las más mortales de la historia: 500 millones de personas contagiadas, entre 50 y 100 millones murieron; no existían fórmulas en las farmacias para atenuar la enfermedad; se entregaron cartillas a la población para explicar cómo aminorar los síntomas, ya que era totalmente desconocida. 

”Se recomendó el distanciamiento entre las personas, el aislamiento de los enfermos, se prohibieron las reuniones, la gente usó cubrebocas o mascarillas, se establecieron cuarentenas marítimas, que era una equivalente al cierre de fronteras que hubo en la actualidad.” 

Contó que fue tanta la mortandad registrada que la población decidió olvidar por completo el suceso, así que para 1922 las personas ya habían dejado de hablar sobre la pandemia. 

“Si quisiéramos tomarla como ejemplo para la pandemia actual, en ambos casos se desconoce el virus; la sociedad de 1918 estaba acostumbrada a la muerte y las personas de 2020 tienen la esperanza de que la medicina moderna salvara a toda la población. 

”Hacer un paralelo es fijar las diferencias y similitudes, aprender de ellas qué se hizo y aquello que no.” 

 

¿Economía o salud? 

José Ronzón, de la UAM-Azcapotzalcodijo que hoy al igual que en el siglo XIX, el gobierno mexicano y los de otros países tuvieron que hacer un balance entre dar continuidad al proyecto económico e impulsar medidas preventivas contra la propagación de epidemias que azotaban a los pueblos, especialmente los ubicados en los puertos. 

Los puertos y fronteras son factores primordiales en la propagación de enfermedades, por ello a lo largo de la historia los gobiernos han implementado acciones, algunas han sido asertivas, otras han sido limitadas, fallidas, controvertidas y otras han generado resistencia social, combates o enfrentamientos. 

El siglo XIX es el de las revoluciones científicas e industriales, el capital económico adquirió grandes dimensiones, trascendieron las inversiones a gran escala, y el continente americano se volvió atractivo para los inversionistas extranjeros. 

Para la segunda mitad del siglo, los puertos y las fronteras se convirtieron en los nodos de gran parte del comercio y de las rutas de la actividad económica, pero también se convirtieron en focos de transmisión de enfermedades. 

“A las grandes embarcaciones que llegaban a los puertos se les tenía miedo pues a bordo de ellas podía llegar gente enferma con paludismo, viruela, sarampión, fiebre amarilla, vómito negro o peste bubónica, y fácilmente podía contagiar a la población.” 

Ante esta situación, contó, en México se tuvieron que instrumentar medidas y proyectos sanitarios, políticas y prácticas higiénicas, así como convenciones sanitarias, de las que surgieron las patentes de sanidad, una especie de permisos que traían los barcos para que se les permitiera arribar a los puertos e indicaban que no traían gente enferma. 

Otras acciones fueron los sistemas de cuarentenas, aislamiento de personas, una política de saneamiento urbano, control de navegación, control de puertos y fronteras, entre otras. 

Por último, Ricardo Teodoro Alejandrez hizo una reflexión sobre la manera en que la sociedad ha reaccionado ante la pandemia de Covid-19, dejando abierta la pregunta ¿seremos una sociedad más justa, más equilibrada o humana?