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Universidad Veracruzana

“La Universidad Veracruzana ha tenido presencia en las comunidades pese a la pandemia”, expresó Patricia Arieta Melgarejo.
La Directora General de Vinculación dio a conocer que 52 alumnos corresponden al programa BUSS y 19 al de Casas UV-
Cursan los PE de: Médico Cirujano, Enfermería, Cirujano Dentista, Nutrición, Químico Clínico, entre otros-
Patricia Arieta y Eduardo Gutiérrez informaron sobre la incorporación de estudiantes a las BUSS y las Casas UV.

Claudia Peralta Vázquez.

Patricia Arieta Melgarejo, titular de la Dirección General de Vinculación de la Universidad Veracruzana (UV), informó acerca de la reciente incorporación de 71 estudiantes a los programas Brigadas Universitarias en Servicio Social (BUSS) y Casas UV en las cinco regiones del estado de Veracruz donde tiene presencia la máxima casa de estudios.

De ellos, 52 corresponden al programa BUSS y 19 al de Casas UV, y pertenecen a los programas educativos (PE): Médico Cirujano, Enfermería, Cirujano Dentista, Nutrición, Sistemas Computacionales y Administrativos, Química Clínica y Técnico Superior Universitario (TSU) en Enfermería.

Tanto del periodo anterior como del actual, suman 110 alumnos adheridos a estas estrategias implementadas con el fin de propiciar la participación de los universitarios, pasantes en servicio social, maestros e investigadores, en procesos de vinculación a favor de comunidades y grupos vulnerables.

“La UV no ha perdido presencia en las comunidades pese a la pandemia”, destacó la funcionaria, quien reconoció la respuesta de los jóvenes ante la situación de contingencia, mediante iniciativas e ideas creativas en la elaboración de material digital e informativo sobre la Covid-19, el cual ha sido distribuido entre los habitantes de las comunidades.

Mencionó que desde el momento en que la UV determinó la sana distancia, los jóvenes tuvieron que dejar las comunidades como medida de seguridad y sanidad.

No obstante, para seguir en contacto con la población se dieron a la tarea de desarrollar estos productos pese a los escasos instrumentos tecnológicos y digitales con los que cuentan, pues están conscientes de que la pandemia vino a cambiar la manera de comunicarnos, señaló Arieta Melgarejo.

Por su parte, Eduardo Gutiérrez Morín, jefe del Departamento de Vinculación Social, comentó que las BUSS se crearon para la atención de comunidades en las cinco regiones universitarias.

Esta estrategia facilita la inserción de los estudiantes en servicio social en un contexto económico-social-cultural que impacta en su formación profesional, en periodos que tienen una duración de seis meses a un año.

Generalmente, los universitarios provienen de las áreas académicas de Ciencias de la Salud y Humanidades, aunque también hay colaboraciones de la Técnica, Biológico–Agropecuarias, Artes y Económico-Administrativa.

En tanto, las Casas UV son espacios de vinculación que contribuyen al desarrollo sustentable de las comunidades rurales y urbanas del estado de Veracruz. Se ubican en: El Paisano, Molino de San Roque, El Conejo y Coyopolan, en los municipios de Las Vigas de Ramírez, Xalapa, Perote e Ixhuacán de los Reyes, respectivamente.

Además, en Atlahuilco, en la región Orizaba-Córdoba; Las Estrellitas, en Veracruz; y La Chinantla, en el municipio de Uxpanapa, región Coatzacoalcos-Minatitlán.

Precisó que estos programas iniciaron en 1993 y desde ese año el proceso de asignación de plazas se había dado de forma presencial a través del Área Académica de Ciencias de la Salud; sin embargo, por la pandemia por primera vez se realizó de manera virtual con la participación plural de los responsables de cada región.

Actualmente se encuentran en el periodo de bienvenida e inducción de los estudiantes, a quienes se les ha comentado que lo más importante de estos programas es el contacto con la comunidad y los habitantes.

En ese sentido, cada uno de los responsables de las Casas UV y BUSS les han brindado información sobre el contexto sociocultural de los espacios geográficos donde fueron asignados.

El conocimiento de su entorno es de suma importancia en su proceso de inducción, pues les permite tener un panorama amplio para perfilar las mejores estrategias operativas y plantearlas en sus programas de trabajo.

“La dinámica de la población y sus costumbres tiene mucho que ver en la forma en cómo ellos apliquen su programa, por ello les damos la bienvenida y un poco del bagaje sociocultural en el cual se van a desenvolver. Si no toman en cuenta estos criterios difícilmente tendrá efecto el programa de trabajo que elaborarán durante el primer mes”, agregó.

Asimismo, hay estudiantes hablantes de náhuatl, totonaco o algún otro, quienes han elaborado su material en lengua originaria, situación que tiene un alcance mucho mayor en la población.

La recomendación a los jóvenes también ha sido en el sentido de que generen materiales adecuados, por lo que se han hecho filtros de revisión en apego a la imagen institucional.

Con el fin de garantizar la continuidad de los trabajos digitales, Gutiérrez Morín dio a conocer que los estudiantes contarán con el apoyo económico que se otorga a través de estos programas, pero en este caso será para las necesidades propias de la contingencia, como el servicio de Internet, etcétera.

Cabe señalar que derivado del acuerdo con la Facultad de Pedagogía, los estudiantes también realizan de manera puntual estancias académicas durante un periodo de seis meses.

Finalmente, Patricia Arieta resaltó la colaboración y suma de esfuerzos con el Centro de Investigaciones Biomédicas, que dará orientación a los prestadores de servicio social acerca de lactancia materna y colaborará en las actividades que permitan obtener información de la población y retroalimentar los programas estatales.

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